Miguel Lorenci
Lunes, 3 de abril 2017, 15:53
Hace 80 año Pablo Ruiz Picasso pintó en París el Guernica, su grito contra la barbarie y la guerra. Un icono universal y vivo que lleva ocho décadas clamando contra la violencia y la sinrazón desde una vieja y maltratada tela que podría ser limpiada ... una vez que concluya la exposición Piedad y terror en Picasso: el camino a Guernica que acoga el museo Reina Sofía. Los reyes Juan Carlos y Sofía inauguran mañana esta muestra que recrea la génesis se la obra más icónica y global del genio malagueño, fruto de una metamorfosis crucial en su manera de ver el mundo. Es la prehistoria del Guernica, todo un hito de la historia del arte. Explora los cambios en el cerebro y la paleta de Picasso que anticiparon su clamor contra el terror y la monstruosidad de todas las guerras.
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A través de casi 180 obras del Reina Sofía y de más de 30 colecciones privadas e instituciones de todo el mundo, la exposición analiza la radical transformación que experimentó artista malagueño desde los años 20 hasta mediados de los años 40 del siglo pasado. Se detiene con más detalle en el periodo previo a la realización del mural, analizado la iconografía de la agonía, el horror y la violencia que proyecta la tela.
Algunas de las obras que recibe nunca salieron antes des museos como el Picasso y el Centre Georges Pompidou, de París; la Tate Modern, de Londres; el MoMA y el Metropolitan Museum, de Nueva York, o la Fundación Beyeler, de Basilea. También de colecciones privadas como las de Nahmad o Menil entre otras.
Timothy James Clark y Anne M. Wagner, historiadores del arte, británico y norteamericana, son los comisarios de la muestra que, celebra también los 25 años de la llegada al Reina Sofía del Guernica. En 1981 la tela regresó del MoMA para instalarse en el Casón del Buen Retiro, donde permaneció 11 años.
Ahora llega el quizá el momento de revisar los achaques de una obra que no se toca desde los años 80, cuando se barnizó por última vez par prepara su regreso a España. Una capa que se ha oxidado y que se podría retirar. «Hoy se pueden quitar esos barnices sin siquiera tocar la tela» dice Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofia y custodio de la obra. Tendrá que proponérselo al patronato del museo, que ha de aprobar la intervención, y firmar un convenio con el MoMA para realizar el trabajo en conjunto. «Tenemos que estudiarlo, pero la pintura no se tocará ni se moverá. No habrá una restauración estructural» adelantó.
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Si se acepta la propuesta de limpieza, se retirará el barniz oxidado y no se reintegrarán las pérdida de pintura. «Me han tenido que convencer. Es tan importante que no puedes hacer nada si no estás al cien por cien convencido. Nadie tiene derecho a poner en peligro un icono», dice Borja-Villel.
La muestra pone el foco en la evolución del universo plástico y emocional de Picasso y busca en obras anteriores las raíces del Guernica, que se expuso por primera al público en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937, como encargo del Gobierno del República.
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Fascinado por la monstruosidad
Recorre al exposición los años en los que Picasso «estuvo fascinado por la monstruosidad» que el genio malagueño llegaría a ver «no solo como algo patético, sino que también puede aparecer cargado de dignidad e incluso de hermosura», según los comisarios. Su selección desvela como sin los trabajos anteriores de Picasso, en los que sinrazón aparente se cuelan el miedo, el terror, y la deformidad, le hubiera sido imposible concebir el Guernica.
Durante varios años el museo ha «investigado y luchado», según su director para conseguir las obras fundamentales que arman el discurso de la exposición. Piezas que difícilmente podrán reunirse otra vez, como Las tres bailarinas(1925), crucial como anticipo del Guernica y procedente de la Tate de Londres, y que Picasso dijo preferir al 'Guernica' o la escultura Mujer en el jardín (1930), del Museo Picasso de París. De Nueva York llegan Mujer peinándose, que cede el MoMA; Desnudo de pie junto al mar, del MET; o Mandolina y guitarra, del Museo Salomon R. Guggenheim. También será una oportunidad única para observar obras de colecciones privadas como Monument: tete de femme.
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Con su selección los comisarios quiere «sacudir al espectador» y mostrar la imagen que Picasso tenía del mundo y que le lleva expresar la modernidad como catástrofe. Sus trabajos previos al Guernica muestran el nuevo camino que emprende al introducir espacios y personajes diferentes, escenas de acción furiosa y situaciones de violencia, miedo o dolor, expresados a menudo a través de la desestructuración de los cuerpos, hasta desembocar en un arte político que culmina en el Guernica.
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