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Nuria Alonso
Viernes, 3 de marzo 2017, 11:10
De su calidad como intérprete, Pepe Viyuela da muestras con su trabajo, tan aplaudido por el público como premiado por la crítica. Hoy comparte sus vivencias más solidarias como miembro de la ONG Payasos sin Fronteras con una conferencia en el centro Fundación Caja Rioja- ... Bankia Gran Vía (19 horas), que se enmarca en el Programa Abierto de la Universidad Popular de Logroño (UPL).
Háblenos de la conferencia 'Río de esperanza', ¿a qué hace referencia dicho título?
Nos remite a la herramienta que supone el humor como intervención en algunas situaciones y al trabajo que hacemos en Payasos sin Fronteras. Es un juego de palabras, en el que la palabra 'río' se utiliza en su acepción de sustantivo y también como verbo, como acción de reír, y cómo la risa es portadora de esperanza en todos estos lugares. Siempre, en general, la risa es un elemento que atrae la esperanza, pero muchísimo más en lugares como los campos de refugiados o aquellos lugares donde el dolor ha hecho nido y cuesta espantarlo.
¿En qué escenarios trabaja la ONG Payasos sin Fronteras?
- Estamos en campos de refugiados de Grecia y se están preparando expediciones a Oriente Medio. Siempre son lugares en los que ha anidado el dolor. Lamentablemente hay muchos sitios a los que acudir.
¿Hay cada vez más lugares así o es tan sólo una sensación?
- No, la sensación se corresponde con la realidad. Cada vez hay más puntos donde las hambrunas, el cambio climático, la inestabilidad social, los conflictos políticos... hacen que la vida sea cada vez más complicada. Cada vez, lamentablemente, yo creo que el mundo es más convulso.
¿Es más difícil sacar una sonrisa en un país en conflicto o aquí, donde supuestamente tenemos todas las necesidades cubiertas?
La risa y la alegría es una necesidad. Cuanto más necesites de ella, más fácil va a ser provocarla. Puede parecer en principio lo contrario: que en un lugar en conflicto donde la gente lo está pasando mal es especialmente difícil conseguirlo, pero resulta que no. Incluso en nuestro país, si uno acude a un hospital, enseguida encuentra que es bien acogido cuando llega con esa idea de estimular positivamente a la gente, de que pase un rato divertido, de que se olvide unos instantes de la situación que está pasando... Cuanto peor está uno, más necesitado está de esperanza y de alegría y más fácil es conseguir que te acepten como payaso, como cómico o sencillamente como acompañante. Muchas veces ni siquiera se trata de conseguir que la gente se tire por el suelo de la risa sino de algo mucho más sencillo, como es que sientan que no están olvidados y que forman todavía parte del planeta, que cuentan. Ellos aprecian que se les tenga en cuenta y no por olvidados.
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