«Tengo un sólido compromiso con lo que escribo, no es una salida comercial»

periodista y escritora

Jonás Sainz

Jueves, 23 de febrero 2017, 11:37

«Con doce años, cuando nos encargaban redacciones en el colegio, las mías llamaban la atención porque eran muy sangrientas. Yo ya había empezado a leer a Poe, por supuesto a Roald Dahl, y desde entonces, entre mis lecturas desordenadas, siempre ha habido novela negra». ... Ahora forma parte también de su propia obra. Marta Robles (Madrid, 1963), periodista y escritora con trece libros publicados, entre los que cuenta ensayo, biografía, novela histórica, contemporánea y relatos costumbristas, se estrena en el género con 'A menos de cinco centímetros' (Espasa, 2017), «una ambiciosa obra coral -según la promoción editorial-, con dos pilares clásicos, el detective desencantado y la , en torno a los que pivota una trama muy turbia que se desarrolla en múltiples escenarios y donde el sexo es uno de los principales protagonistas». Con ella bajo el brazo participa hoy en el Aula de Cultura de Diario LA RIOJA y Unir (en el Centro Cultural Ibercaja a las 20 h.) para hablar sobre el 'mundo duro y conmovedor' que inspira su obra.

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En su última visita a Logroño presentó 'Haz lo te temas', un testimonio personal sobre cómo superar los miedos. A juzgar por su imagen pública, nadie diría que Marta Robles es una persona insegura.

Los que trabajamos cara al público estamos casi obligados a aparentar seguridad en todo momento. Cuando se enciende el piloto rojo se nos pasan hasta los catarros, pero luego vuelve todo de golpe. Entre otros testimonios, recuerdo el de Santi Millán que dice que solo está seguro cuando está sobre el escenario.

¿Y usted?

Yo soy una persona muy insegura, pero con los años he aprendido a domesticar mis inseguridades e incluso a aprovecharlas.

Deme algún consejo.

Leer 'Haz lo que temas' [risas].

Y hacer lo que temes, claro.

Claro. Primero hay que reconocer la propia inseguridad, no compararse con los demás y buscar las soluciones dentro de uno mismo. Lo que tenemos dentro vale tanto como lo que vamos a encontrar fuera. No hay que buscar las culpas fuera ni buscar la soluciones fuera. Y ponernos retos pequeños. La perfección no existe y la felicidad está en el camino.

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  • www.unir.net/aulacultura

Ahora regresa con su nueva novela. Han titulado su charla 'Un mundo duro y conmovedor'. ¿Por qué?

Es lo que destila la novela. Las novelas reflejan la vida y yo en esta, en la que hago una crítica social bastante dura, también incluyo escenas de mucho sentimiento y de ternura. Así es el mundo, duro y conmovedor.

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¿Y cree que contribuye a mejorarlo con lo que escribe?

La lectura para mí siempre ha sido una tabla de salvación, me ha dado mucha felicidad y me ha sacado de lo más oscuro. Yo creo que es un regalo para cualquiera a quien le guste leer. La literatura que me gusta es la que me deja huellas, me cuenta algo, me hace soñar, sentir, emocionarme. Y es lo que yo intento.

Ha escrito géneros muy diferentes, pero le faltaba novela negra.

He escrito un poco de todo pero he ido avanzando en la ficción hasta llegar a la novela negra, que estaba latente en mí desde que era niña.

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Creo que piensa repetir. ¿Es el comienzo de una saga?

Puede ser. He trabajado mucho el perfil psicológico de los personajes y Tony Roures para mí ha sido vital. Es un detective muy especial y creo que, después de haber resuelto este caso, tiene que empezar con el siguiente. De hecho, ya ha empezado.

Su nombre [el Roures catalán es Robles en castellano y Carvalho en galego], ¿es un guiño a Vázquez Montalbán?

Sí, su obra es imprescindible para mí. Soy una apasionada del detective Pepe Carvalho. Además, tuve la suerte de conocer a Vázquez Montalbán, entrevistarle varias veces e incluso me citaba en uno de sus libros.

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También se inspira en reporteros de guerra.

Hablé mucho sobre todo con Arturo Pérez Reverte y Jon Sistiaga, también con Alfonso Rojo... Hace años coincidí con Ricardo Ortega, que luego murió [Haití, 2004] y he tenido muchos colegas. Yo quería que mi detective fuera un antiguo corresponsal de guerra para que eso le diera una mirada diferente, con sus cicatrices, sus miedos... Sin mirar que alguien sea bueno o malo, sino todo lo contrario y dependiendo de dónde le ponga la vida.

¿Le habría gustado ser corresponsal de guerra?

La verdad que sí. La novela empieza con unos recuerdos de Roures de la guerra en Sierra Leona: una foto de un niño a punto de ser pateado por otro niño soldado. Esa es una foto real que yo vi, una imagen de los informativos que estuvo a punto de hacerme dejarlo todo y marchar a cubrir ese conflicto. Pero yo entonces tenía un niño pequeñito, si no, lo habría hecho.

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¿No le produce algún tipo de reparo o pudor utilizar eso en una novela que desprende glamour?

No, no, no, no. Todo lo contrario. ¡Pero cómo me va a producir reparo! Precisamente está hecho de forma deliberada para mostrar los mundos que hay, dónde se tocan y qué tienen que ver unos con otros. En mi novela hay glamour y hay sordidez precisamente por coherencia para hacer la demoledora crítica social que pretendo hacer.

¿Y concesiones al espectáculo?

No, lo siento, pero no, yo no hago las cosas así. Yo tengo un compromiso muy sólido con lo que escribo. Es una tarea absolutamente profesional y no una salida comercial. Escribo la historia que quiero contar para emocionar al lector sin fuegos artificiales. No incluyo sexo para que sea más divertida, ni hoteles de lujo, ni nada porque sí... El sexo tiene su razón de ser en la novela y nunca es gratuito. Hay sexo por amor, sexo por sexo, sexo por compasión, sexo por sometimiento e incluso como arma de guerra.

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Como la vida misma, el sexo puede consumar los sentimientos más elevados y las peores vejaciones.

Así he pretendido describirlo, sin quedarme en cursi ni ser soez.

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