«No se puede tener a la colección y a mí un poco abandonados», se queja la baronesa Thyssen

No descarta, con todo, que tenga que vender alguna de las piezas de su preciosa colección, como ya hizo con 'La esclusa' de Constable. Y es que, como dijo entonces y ha repetido ahora la baronesa, «necesito liquidez». «No percibo nada de la Fundación no por asistir a los patronatos; no me pagan ni el taxi, que me pago yo. No quiero nada, pero no puedo asumir no tener liquidez. Tuve que vender el Constable después de habérselo ofrecido a plazos al Gobierno», recordó. «No quiero vender, pero no lo descarto», insistió Tita Cervere sin cerrar la puerta expresamente a que pudiera vender un de la joyas indiscutibles de su colección, el 'Mata-Mua de Gauguin.

«No se nos puede tener a mí y a la colección un poco abandonados», se quejó tras leer un comunicado en el que reiteraba las condiciones ya conocidas para alcanzar el acurdo que propondrán sus abogados. La baronesa confía en obtener «un buen acuerdo con el Ministerio de Cultura, con Hacienda y con Patrimonio Nacional». «Quiero un acuerdo definitivo. He firmado ya durante muchos años acuerdos anuales y semestrales y ahora hay que sentarse a hablar y poner orden». «Las cosas tienen que estar bien firmadas» aseguró recordando su dedicación plena y exclusiva y sin percibir nada a cambio.

Dice Carmen Cervera que su relación con Cultura «es buena» y confía mucho en Íñigo Méndez de Vigo. También dijo que su relación con el ministro de Hacienda, es cordial. «El señor Cristóbal Montoro y yo nos intercambiamos chirtsmas todos los años», confesó. «No me siento maltratada fiscalmente. Se firmó un pacto en 2000 con una interpretación de la parte fiscal que debemos revisar. No puedo estar firmando cada año. Debo asegurar las cosas para el futuro de mis herederos, de las próximas generaciones y de la propia colección», aseveró.

Carmen Thyssen sostiene que su colección vale «más de 1000 millones de euros» y «genera unas ganancias para Madrid de entre 7 y 8 millones de euros anuales». Dice que «no puede estar en una situación de precariedad» ni «sin un marco legal claro y estable», según recogía su comunicado. La baronesa insiste en que «desea» que su colección siga en España «siempre y cuando tenga un marco legal que la respete y proteja» y que «garantice su accesibilidad y movilidad» para realizar «en todo el mundo exposiciones que le den «mayor visibilidad».