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MARÍA ESTÉVEZ
Jueves, 19 de enero 2017, 00:42
Kevin Costner es una leyenda de Hollywood y un apasionado por las inversiones tecnologicas. Su último trabajo, 'Figuras ocultas', se estrena mañana en España y Costner confiesa lo difícil que es mantener el estatus de estrella. A principios de los 60, durante la Guerra Fría y en plena carrera espacial, la NASA buscaba mentes brillantes para trabajar como ordenadores humanos. No había supercomputadoras que calcularan las trayectorias de un cohete. Se buscaron cerebros superdotados para realizar complejos cálculos de cabeza. Las matemáticas Katherine Johnson (Taraji P. Henson) y Dorothy Vaughan (Octavia Spencer), y la ingeniera Mary Jackson (Janelle Monáe) ayudaron a la NASA a ganar la carrera espacial a la Unión Soviética. Llevarán a cabo la misión más atrevida: poner al astronauta John Glenn en órbita alrededor de la Tierra.
-¿Cómo es posible que se sepa tan tarde la historia de estas heroínas?
-Es increíble, pero comprensible. Puedes avergonzarte de ello, pero hay que tener en cuenta que mucho de lo ocurrido entonces está cubierto por otras historias. Hay héroes ignorados y no me sorprende, pero me entusiasma que hoy interese una película sobre estas mujeres. Hay algo universal en torno a una gran idea, a un gran relato. A los seres humanos nos gusta compartir las buenas historias, las buenas canciones, los buenos libros. Lo difícil fue convertirla en película.
-¿Qué mujeres inspiraron su vida?
-He encontrado mujeres sensacionales toda mi vida. La primera, una madre protectora que me regaló el amor, la disciplina y la idea tan americana de que puedes ser quien tú quieras y conseguir lo que deseas en la vida. Crecí con esa idea de mi madre. Rene Russo es una gran amiga en este negocio; o Wendy Smith, a quien valoro mucho. Me gusta el coraje de las mujeres, su punto de vista, su valentía.
-¿Se ha convertido en un especialista en contar parte de la historia de Estados Unidos?
-Puede ser. Mi vida es bastante inusual. He interpretado películas de temas muy americanos, como 'JFK', o 'Trece días'. Tras rodar 'Trece días' fui a Cuba y Castro quiso verme. Estuvimos juntos durante tres días. Creo que le gustó mi mujer. Debo reconocer que he tenido una vida increíble y soy un privilegiado. Ahora quiero rodar películas de acción, del Oeste. Pero cuando vi un filme como 'Figuras ocultas' que combina los derechos civiles, los de la mujer y del trabajo, el racismo, no me pude negar.
-Pero, ¿siente predilección por esos años sesenta o setenta?
-Es la magia del cine. Pero no sé bien qué represento. No trato de ser ingenuo ni de pescar en aguas turbulentas. Sé que en el mundo se me considera americano, y así lo siento. Me gustaría evolucionar y convertirme en ciudadano del mundo. Es lo que he estado intentado conseguir estos últimos años, pero nadie se equivoca conmigo. No sé qué significa ser americano y no huyo de mi imagen ni de la historia de mi país, que es la que es.
-¿Qué proyecto le ocupa?
-Escribo un guion de ocho horas sobre el Oeste. Es difícil porque, aunque piensen que yo puedo hacer lo que quiera, no es cierto. Soy un actor con un pie fuera de Hollywood. Me he columpiado con algunas inversiones que creí que iban a cambiar el mundo. Invertí enormes cantidades de dinero en tecnología, en las baterías eléctricas. Y aunque he conseguido dinero y fama, todavía he de trabajar porque algunas inversiones no fueron bien. Quiero seguir invirtiendo en tecnología y para hacerlo he de trabajar en el cine. No soy codicioso. Podría vivir con lo que tengo el resto de mi vida pero me siento en la obligación de crear. Por eso he invertido tanto tiempo en contar la historia del explorador del Oeste. Es la cuarta ocasión en mi carrera que me detengo a escribir. No he rodado tantas películas como otros actores, pero he preferido parar y dedicarme a lo que realmente quería.
-¿Tiene intención de protagonizarla?
-Voy a participar en ella como actor, pero no seré el protagonista
-¿Tiene título?
-'Horizon'. Podría dividirse en cuatro películas que se estrenarían con seis meses de diferencia. Un extraño filme que, sin embargo, en mi mente se ve precioso.
-¿Es cierto que pidió consejo a Richard Burton para ser actor?
-Sí. No le había dicho a nadie que quería ser actor y le pregunté a él. Conocía su fama de bebedor, que su vida no era un camino de rosas, y no quería eso para mí. Me tomé la libertad de preguntarle en unas circunstancias muy peculiares. Fue muy justo. No me animó. Fue muy amable.
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