Un líder político, durante un discurso.

Populismo, la palabra del año para la Fundéu

Originalmente neutra, «se ha cargado de connotaciones negativas» para convertirse «en un arma en el debate político», destacan los lingüistas

Miguel Lorenci

Viernes, 30 de diciembre 2016, 11:33

Populismo es la palabra del año para la Fundación del Español Urgente (Fundéu), que desde hace cuatro elige el vocablo que mejor caracterizó el año que concluye entre los términos que han marcado la actualidad informativa y que tienen, además, interés desde el punto ... de vista lingüístico. Destacan los lingüistas como la voz populismo «se ha convertido en un arma del debate político» y como soporta un «proceso de ampliación y cambio de significado, cargándose de connotaciones negativas». Sucede a refugiado, la palabra de 2015; selfi, la de 2014 y escrache, la elegida en 2013.

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Al elegir populismo, equipo de la Fundación promovida por la Agencia EFE y BBVA opta por una palabra «originalmente neutra, pero que se ha ido cargando de connotaciones hasta convertirse en un arma en el debate político», según aclaran desde la institución. Se ha elegido un vocablo muy presente en los medios, los debates y las conversaciones en un año con protagonistas como Donald Trump, para muchos el paradigma de populismo contemporáneo, con populistas clásicos como el fallecido Fidel Castro, y con el marcado ascenso de este fenómeno político y social en muchos países de Europa y América.

«Parecía claro que en un año tan político como este, con acontecimientos de importancia global como el 'brexit', la victoria electoral de Donald Trump y los diferentes procesos electorales y plebiscitarios en América y España, la palabra del año de Fundéu tenía que venir de ese ámbito», explica el coordinador general de la Fundación, Javier Lascuráin.

No en vano, varias de las doce candidatas a palabra del año 2016 estaban relacionadas con la política. Términos como sorpaso, abstenciocracia, posverdad. «Finalmente nos decidimos por populismo, que ya lleva algún tiempo en el centro del debate político y que desde el punto de vista lingüístico está viviendo un proceso de ampliación y cambio de significado, cargándose de connotaciones a menudo negativas», señala Lascuráin.

Esa evolución, «que no es nueva, pero que posiblemente se ha acelerado en los últimos tiempos», parte de un uso neutro de las palabras populismo y populista que tuvieron durante un tiempo significados próximos a popular». «A lo largo de los últimos meses hemos recibido muchas consultas sobre el significado real de populismo, ya que parece evidente que el uso que se le da en los medios y en el debate político va más allá de la simple defensa de los intereses populares que mencionan, con distintos matices, la mayoría de los diccionarios», añade este experto.

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«Ese es uno de sus sentidos, -precisa- aunque seguramente el que menos se use en la actualidad». «También hay quienes prefieren definirlo como la tendencia política que pretende devolver el poder a las masas populares frente a las élites», agrega. Para la RAE la segunda acepción de populismo es «tendencia política que pretende atraerse a las clases populares», pero ya advierte el diccionario de la docta casa que se suele usar en sentido despectivo. La primera acepción es popularismo, que significa «tendencia o afición a lo popular en formas de vida, arte, literatura, etc».

Relexicalización

Apuntan desde Fundéu como en los medios de comunicación «parece estar imponiéndose una visión negativa del término», que suele aplicarse «a políticos de todas las ideologías, pero que tienen en común la apelación emotiva al ciudadano y la oferta de soluciones simples a problemas complejos», según explica el coordinador de la Fundéu. El interés de esa evolución, de ese proceso que algunos lingüistas denominan relexicalización, y que «ocurre cada día ante nuestros ojos en los medios de comunicación», es lo que ha propiciado la elección de populismo.

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Antes de proceder a su elección final Fundéu publicó una lista con las doce palabras finalistas en la que, además de los vocablos del ámbito de la política, figuraban términos como youtubero, la adaptación propuesta del anglicismo youtuber, y ningufonear, una alternativa al inglés phubbing, que define la actitud de quien solo presta atención a su dispositivo móvil mientras desatiende a quien tiene delante.

Otras de las voces aspirantes a palabra del año comparten la circunstancia de que sus significados se han ido ampliando a través del uso que hacen de ellas los hablantes, como bizarro, cuñadismo o vendehúmos. Completaban la lista términos como LGTBfobia, papilomavirus y videoarbitraje.

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