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J. SAINZ
Jueves, 20 de octubre 2016, 23:42
logroño. María de la O Lejárraga es cada vez menos invisible. La escritora de origen riojano (San Millán de la Cogolla, 1874-Buenos Aires, 1974) cuya obra se atribuyó casi siempre a su marido, el empresario teatral Gregorio Martínez Sierra, aparece por primera vez como ... coautora del libreto de 'Las golondrinas' en el montaje de la ópera de José María Usandizaga que acaba de estrenar en Madrid el Teatro de la Zarzuela y que permanecerá en cartel hasta el día 23. No es el primer paso y, a buen seguro, tampoco será el último en la justa reivindicación de esta relevante figura del modernismo literario español que ha permanecido largo tiempo en la sombra.
Primero fue la compañía teatral La Fura dels Baus la que reconoció la autoría de Lejárraga en su montaje de 'El amor brujo' y ahora, el Teatro de la Zarzuela en el reestreno de 'Las golondrinas'. Como apunta el profesor Juan Aguilera, uno de los expertos y responsables de su recuperación en nuestros días, lo siguiente debería ser 'El sombrero de tres picos', ya que el año que viene se cumple el centenario de la célebre obra compuesta por Manuel de Falla también con libreto de María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra. En su época fueron una pareja literaria de moda, los mejores libretistas, pero ella siempre se mantuvo a la sombra de su marido.
En el caso de 'Las golondrinas', el proyecto surgió en el verano de 1912, durante una estancia del matrimonio en la capital guipuzcoana. El joven Usandizaga, todavía un prometedor compositor, manifestó su admiración por los autores de la exitosa 'Canción de cuna', les pidió una colaboración y ellos se pusieron a trabajar en una historia titulada 'Saltimbanquis', un drama romántico ambientado en el circo.
María y Gregorio escribieron una poética y triste historia de artistas circenses, que más tarde adaptaron como texto lírico a petición del compositor vasco. La obra es hija de su tiempo, tremendamente compleja y con una orquestación muy refinada. Basta recordar que Sorozábal, entre otros compositores, fue un admirador declarado de Usandizaga.
La obra fue estrenada como zarzuela en 1914, y posteriormente, tras la prematura muerte del compositor, su hermano Ramón puso música a los fragmentos hablados para presentarse como ópera en 1929.
Entonces únicamente Gregorio Martínez Sierra aparecía como autor del libreto. Hoy, en lo que Aguilera llama «un acto de justicia literaria», el nombre de María Lejárraga alza el vuelo junto a sus golondrinas.
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