Miguel Lorenci
Lunes, 6 de junio 2016, 21:05
Solo por gozar del Caravaggio restaurado por Patrimonio Nacional merece la pena visitar la exposición que el Palacio Real acoge hasta el otoño: 'De Caravaggio a Bernini'. Pero hay otras 71 razones. Entre ellas piezas maestras de Velázquez, Ribera, Bernini o Guido Reni, que convierten ... en excepcional la selección de obras maestras del 'Seicento' italiano que patrocina la Fundación Banco Santander. Con ella, las colecciones reales exhiben músculo y demuestran lo portentoso de una colección de más de 150.000 piezas. Pero habrá que esperar un poco más de lo previsto para que algunos de estos tesoros brillen con todo su esplendor en su sede estable, el Museo de las Colecciones Reales, que no abrirá sus puertas hasta bien entrado 2018.
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Así lo reconocía el presidente de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, quien admitía que la interinidad de un Gobierno en funciones tendrá su efecto y retardará la apertura del moderno museo anejo al Palacio Real, ya terminado, que se preveía inaugurar en el segundo semestre de 2017.
Será necesario que el Consejo de Ministros que se constituya tras las próximas elecciones apruebe el concurso público para el «ambicioso y complejo plan museográfico», momento a partir del cual «el plazo normal de adjudicación y ejecución sería de dos años», reconocía Pérez de Armiñán. «Hay que comprender que los plazos administrativos son más elásticos de lo que a veces creemos», aseguraba el presidente de Patrimonio Nacional, quien reconocía explícitamente que «la interinidad del Gobierno implica retrasos».
Los Reyes Juan Carlos y Sofía inauguraron ayer la exposición en su primer acto oficial juntos desde que el pasado 30 de abril acudieran a la celebración del 70 cumpleaños de Carlos Gustavo de Suecia.
El mejor
'Salomé con la cabeza del Bautista' es para casi todos los expertos el mejor lienzo de los que se conservan en España de Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610). Pintado durante su primera estancia en Nápoles en 1607, procede de la colección de conde de Castrillo, García de Avellenada y Haro, virrey de Nápoles entre 1653 y 1659, y se cree que está el las colección Real desde 1666.
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Caravaggio tuvo una inmediata repercusión en España y su revolucionario naturalismo se percibe en detalles como el rostro de verdugo, el reflejo de la luz sobre la empuñadura y la hoja del cuchillo que ahora se aprecian gracias a una restauración que ha hecho emerger su fondo verdoso, lo que contradice la leyenda de la profunda oscuridad de los fondos de Caravaggio.
También está portentosamente restaurado 'La túnica de José' (h. 1630-34), un apabullante Velázquez de clara influencia italiana realizado tras el primer viaje del pintor a Roma, entre 1629 y 1631, y que se exhibió junto a 'La fragua de Vulcano' en el palacio del Buen Retiro. Realizado a su llegada a Madrid, es prueba de como su paso por Roma le abrió a un nuevo modo de narrar y pintar, con una paleta azul, naranja y amarilla. Solo había salido del Escorial para mostrase en París el año pasado y es otra de las piezas imprescindibles de la muestra junto al 'Cristo de Bernini' (h.1604), escultura encargada por Felipe IV para el Monasterio del Escorial; el 'Cristo muerto llorado por dos ángeles', de Charles Le Brun; cinco lienzos de Ribera, o una tela de la milanesa Fede Galizia, única mujer de la muestra.
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Placer y rigor
«El placer estético y el rigor científico van de la mano en esta muestra extraordinaria» asegura Gonzalo Redín, profesor de la Universidad de Alcalá y comisario de una exposición que ha contado con el trabajo de 46 restauradores para poner a punto muchas de las piezas que se exhiben hasta el otoño en el Palacio Real. «Solo Patrimonio Nacional podría hacer una exposición como esta con su fondos, algo que le estaría vedado al Metropolitan de Nueva York o al Louvre» se ufanaba Redín de una muestra «que habla de la intensa relación cultural entre Italia y España en una época dorada para el arte».
Articulada en cuatro bloques -De Bolonia a Roma, Lujo Real, De Roma a Nápoles y El esplendor del barroco, grandes palas de altar en la Colección Real- la Exposición recorre el Barroco italiano a través de las distintas escuelas del XVII y su influencia. Incluye obras Giovanni Francesco Barbieri, Lucas Jordán, Andrea Vaccaro, Federico Barocci, Ercole Procaccini, Ludovico Carracci, Giacinto, Carlo Maratti, Algardi, Duquesnoy y Fisher von Erlach.
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Se ha realizado un profundo estudio de alguna obras que ha posibilitado la identificación y nueva atribución de algunas piezas como 'La conversión de Saulo (h.1621) que el propio Redin adjudicó a Guido Reni tras múltiples atribuciones.
La escuela napolitana es, con diferencia, la más representada en las colecciones reales, consecuencia lógica de los dos siglos de gobierno español sobre el territorio. Durante la primera mitad de siglo su principal pintor José de Ribera, activo en Nápoles desde 1616, y cuya formación puede considerarse netamente italiana, pues en 1606 -con apenas 15 años- se encontraba ya en Roma, donde pudo estudiar la obra de Caravaggio e, incluso, coincidir con él.
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La exposición coincidirá con la que el Museo Thyssen-Bornemisza dedicará a 'Caravaggio y los pintores del norte', por lo que habrá una entrada conjunta para ambas con un precio de 17 euros. Supone un ahorro de 6 euros e incluye la posibilidad de visitar el Palacio Real, según anticipó Alicia Pastor, gerente de Patrimonio Nacional.
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