Don Quijote vence a los gigantes por un día

Igual que Anthony Burgess imaginó en 'A meeting in Valladolid' (relato publicado en 1989) un encuentro ficticio entre Shakespeare y Cervantes en la capital castellana, ayer fue un buen día para encontrarse por el barrio a estos dos genios de la literatura universal que deberían estar en todas las casas; una jornada propicia para bajarlos del pedestal, acercarse a sus libros y salir a su encuentro en librerías, bibliotecas, centros culturales, calles y plazas. Fueron coetáneos, ambos murieron hace cuatrocientos años, pero no consta que se conocieran ni que se influyeran más allá de un 'Cardenio' shakespiriano supuestamente inspirado en el personaje cervantino. Pero ayer, al menos literariamente, don Miguel pudo convidar al bardo William a un vaso de buen vino.

La celebración del Día del Libro en La Rioja ha inspirado a lo largo de la semana numerosas iniciativas de promoción de la lectura: la más popular, la campaña de los libreros, sacando puestos a la calle, haciendo descuentos y obsequiando botellines de crianza. Aquí la letra con vino entra.

La versión riojana de regalar un libro y una rosa se llama 'Un libro y un Rioja: el placer de la cultura', la iniciativa que comparten la Asociación de Librerías y el Consejo Regulador de la DOC y que, tras veinte ediciones, se ha ganado el derecho a ser considerada ya toda una tradición local. La promoción ha durado toda la semana y anima las ventas, aunque los libreros calculan a ojo de buen cubero que han sido menos cuantiosas que en otras ocasiones.

El san Jordi logroñés no salió soleado a rabiar, pero al menos no llovió y los tenderetes callejeros, igual que el tiempo, estuvieron tibios durante la jornada. Sin ser las Ramblas o la plaza de Callao, Logroño tenía ayer otro aire. Mucho curioseo y «ventas algo más tímidas» , seguramente también por efecto de esta crisis tan inculta. Entre lo más demandado, por supuesto la novela, destacando la nueva de Jesús Carrasco, 'La tierra que pisamos'.

Cervantes para niños

La jornada llegó a Logroño precedida de numerosas actividades a lo largo de la semana, desde que el lunes el mismísimo Cervantes se presentó en el Ayuntamiento a leer poemas suyos ante un nutrido grupo de bachilleres. El autor del Quijote fue también el protagonista de la mayor parte de una programación municipal muy infantil de este sábado.

Ayer las actividades municipales se celebraron en el parque del Carmen, en torno a la escultura de madera en honor a Cervantes y el Quijote, en la pajarera del mismo parque, destinada en los meses estivales a préstamo bibliográfico infantil, en la biblioteca Rafael Azcona y por centro de la ciudad.

Tomando como punto de partida las referencias instrumentales de muchas de las obras de Cervantes y los textos de dicho autor, los miembros de la compañía La Chaminera recitaron diferentes fragmentos seleccionados; de forma lúdica, haciendo partícipe al espectador para convertirlo en protagonista, muy en especial a los niños. Como la música y literatura se dan la mano, y no solo en Cervantes sino también en otros autores de la época, los intérpretes acompañaban su espectáculo con danza y títeres, creando de este modo una atmósfera propicia para acercarse a la literatura del siglo XVII.

Recordaron también que Cervantes estuvo preso en Argel durante cinco años. En la puerta de la biblioteca Rafael Azcona, un compañero de los tercios junto con un tamborilero, contaron las hazañas de nuestro escritor e intentaron recaudar fuerzas humanas y económicas para el rescate. Y mientras el narrador intentaba conseguir apoyo para liberar al cautivo, dos ilustradores dibujaban la escena en el mismo lugar.

En la plaza Abastos, el taller infantil AlimentArte aunaba lectura y cocina. Los niños participantes tuvieron que buscar los diferentes personajes del Quijote escondidos en los puestos del mercado, recoger sus láminas para completar un cuadernillo de caballerías y cocinar un menú cervantino preparando una receta de 'duelos y quebrantos'.

Por otro lado, la Universidad Popular de La Rioja y la Biblioteca de La Rioja organizaron un singular cuentacuentos en chino mandarín, actividad pensada para despertar el interés de los niños y acostumbrarse a la sonoridad y la musicalidad de este idioma. Cynthia Yeh, profesora de la UPL, contó 'El lobo tiene hambre' y 'Al gallo le encanta cantar'.

Y por la tarde, también en la Biblioteca y ya para todos los públicos, el actor Bruno Calzada representó 'La efímera aventura de Don Quijote con cierto León Dormido', un capítulo apócrifo del ingenioso hidalgo Bernardo Sánchez en La Rioja.

Hamlet García y otras lecturas

El propio Sánchez, escritor y profesor, recibió el viernes el premio Paulino Masip del Ateneo Riojano, en su primera edición, por su generosa aportación a la cultura, y no solo local. En su discurso de agradecimiento recomendó una lectura muy especial, 'El diario de Hamlet García', obra del que fue fundador del propio Ateneo.

La institución culminó su fiesta del libro con la entrega de premios a las mejores ediciones riojanas del año: 'Viajero en Tindouf', de Javier de Blas (en categoría infantil y juvenil); 'La gramática de las cigarras', de Sara Otero (poesía); 'La luna sobre el río', de Octavio Colis (narrativa); y 'Bajo el imperio de la Gestapo', del escritor y periodista de Diario LA RIOJA Marcelino Izquierdo Vozmediano (ensayo).

En el terreno institucional, el presidente del Gobierno de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, participó por videoconferencia desde Logroño en la tradicional lectura continuada del Quijote que organiza el Círculo de Bellas Artes de Madrid. El encargado de iniciarla este año ha sido el escritor mexicano Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015.

Multitud de actos más se desarrollaron a lo largo de La Rioja. Pero este repaso termina aquí como empezó la lunes, cuando apareciose recién arrancaba la semana en Logroño ante un grupo de bachilleres y eminencias varias, quijotesco como siempre, desfacedor de entuertos y defensor de imposibles, para esgrimir la poesía, «que lleva al entendimiento de los sentimientos propios», y arengar con ella a la lectura, al pensamiento, al diálogo, la belleza y, en buena sesera, a la verdad y la llaneza, «que ahora en estos nuestros detestables siglos no está segura ninguna», y buscar sin más fraude ni artificios el que es el mayor tesoro del hombre, la libertad.

«Leed siempre, leed», insistió Cervantes o el mismísimo Don Quijote. Luego fuesen los dos, a buscar a Shakespeare, imagino, y no hubo nada. Al menos ayer vencieron los manchegos. Mañana, don Quijote volverá a salir por los aires entre las aspas de los molinos, crecientes gigantes de ignorancia. Y Cervantes regresará al olvido acostumbrado. Y así hasta que el día del libro no sea todos y cada uno de los días. Vale.