Fuego cruzado en torno a Cervantes

Asegura que se trabaja a buen ritmo y anuncia que presentará su programa completo el 9 de febrero. Cuenta con 3,5 millones de euros para una batería de actos que incluirá «al menos 133 actividades importantes». Un programa «abierto, descentralizado, participativo, democrático, innovador, libre y sin jerarquías» según el Secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle.

Tan osado, diferente, e innovador que quizá ha sido «incomprendido» según el número dos de Cultura, que jueves salía al paso de unas criticas crecientes. «Hemos querido desarrollar un concepto de aproximación a la figura de Cervantes mucho más democrático, abierto y accesible», plantea Lasalle. Para sufragarlo «se ha planteado una financiación no tradicional a través de deducciones fiscales que eviten al ciudadano tener que soportar directamente el coste a través del erario público».

Se pretende hacer algo «muy distinto» a lo que ha hecho el gobierno británico con Shakespeare y la conmemoración «jerarquizada y centralizada» de un centenario cuyo timón ha tomado el 'premier' David Cameron. La apuesta española es «pedagógica y educativa» y se diseña «tras constatar que los españoles conocen a Cervantes pero lo han leído poco».

No entiende Lassalle que las alarmas se haya disparado en la RAE y en el Instituto Cervantes, ya que ambas instancias «tienen presencia en la comisión que certifica y califica las actividades del centenario». ¿Quizá ni Víctor García de La Concha ni Darío Villanuva, sus directores, han entendido bien su modelo? «No sé si no han comprendido bien o es una cuestión generacional, conceptual o de interpretación estratégica», responde Lassalle. Reitera que tanto la RAE como el Cervantes «en todo momento han estado al tanto y son plenamente conocedores del funcionamiento de esta comisión».

«La colaboración existe y hay una lealtad institucional por parte de estas beneméritas instituciones con respecto a la conmemoración centenaria» trata de zanjar la polémica. «No hay disrupción, porque hay una aprobación institucional tanto del Cervantes como de la RAE en la comisión ejecutiva», reitera Lassalle para suavizar la una tensión que su juicio «es más producto de un cierto contraste entre un modelo de conmemoración mucho más tradicional y uno mucho más participativo, más comunitario y deliberativo de lo que tradicionalmente ha sido».

Desde Cultura se habla de «una gran y abrumadora programación que no es solo de espectáculo» y se juzga «doloroso» que «se recurra a la narrativa de la improvisación». Aunque recuerda Lasalle que el gobierno está en funciones y que no es voluntad de este ejecutivo «que parezca que se quiere politizar la figura del escritor».

Aparte de los 3,5 millones del presupuesto ministerial, carece Cultura de una estimación sobre el gasto público total de todas las instituciones implicadas. No puede precisar «aún» cuántas empresas se beneficiarán de las previstas exenciones fiscales de hasta el 90 %, o qué ahorro supondría para el erario público la asunción de gasto por pare del iniciativa privada. Tampoco qué tendrá de novedoso el próximo 23 de abril, día de entrega del Cervantes en Alcalá, más allá de que será «muy especial».