Vallejo Balda confiesa que tuvo relaciones con Chaouqui y que filtró documentos

El bombazo del día lo trajo el periódico , que publica en exclusiva la confesión, al parecer redactada en el calabozo, que entregó el sacerdote de Villamediana el pasado 8 de noviembre a su primer abogado defensor (ya sustituido). Vallejo Balda confiesa las turbulentas relaciones, incluso carnales, que mantuvo con Francesca Chaouqui. La conoció en los primeros meses del año 2013. Fue el cardenal Jean-Louis Tauran quien se la presentó y él mismo la introdujo en la Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (Cosea).

Según el sacerdote riojano, cuando en mayo del 2014 la comisión acabó sus trabajos, Chaouqui se esperaba un puesto importante; algo que finalmente no sucedió «por los cotilleos que la rodeaban». Dice Vallejo Balda que en junio el marido de Francesca Chaouqui, Corrado Lanino, le llamó por teléfono para contarle que su mujer no paraba de llorar. Vallejo asegura que siempre sintió una cierta «debilidad sentimental» por aquella chica, así que la contrató para meter en orden los papeles de la comisión.

Y aquí empezó (o quizá continuó) el lío.

Según el sacerdote de Villamediana, Francesca Chaouqui lo sedujo el pasado 28 de diciembre, en Florencia. Aquella noche se acostaron. Vallejo Balda asegura que había intentado resistirse: «Yo no podía ceder... Tenía siempre al Papa delante de los ojos que me hablaba de que el matrimonio y las mujeres casadas son sagradas». Pero dice que la propia Francesca le convenció de que en realidad pertenecía «a los servicios secretos» y de que su marido, el tal Corrado Lanino, era «una simple tapadera». Vallejo Balda cayó. Y asegura que se arrepintió inmediatamente: «Es muy doloroso para mí. Me avergonzaba de lo que había hecho con Francesca y cuando estaba entregando los documentos pensaba en el escándalo... Si esto se llegase a saber. Dios mío».

El sacerdote riojano puntualiza que intentó alejarse de ella, pero que le tenía miedo por todos sus contactos. Sospechaba que mantenía buenas relaciones con Berlusconi, con poderosos ministros y con varios cardenales. Incluso acudió a una psicóloga, que le recomendó que obrara con calma, sin rechazarla de golpe. Intentó razonar con ella, pero sin éxito: «(Francesca) era muy violenta, muy mala y me escribía: 'gusano; eres un gusano'».

Pero en la confesión, según el diario , Vallejo Balda va más allá de sus líos de faldas. En marzo del 2015, durante un aperitivo organizado por Francesca Chaouqui, mantuvo su primer contacto con los dos periodistas que también están procesados, Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi. El sacerdote reconoce que claudicó ante sus peticiones. «Pasé los documentos. Pero -se excusa- intenté darles los menos peligrosos y dañinos, de escaso valor».

La enojada respuesta de Chaouqui al artículo llegó a través de Facebook. En un post publicado tras la suspensión de la vista oral del juicio, Francesca lamentaba: «Ver hoy a Balda sonreír sin avergonzarse de las mentiras que ha escrito me ha disgustado más que las propias mentiras». Chaouqui sostiene que jamás se acostó con él y que sólo le daba «pena».

Continuará. Seguro que continuará.