D.M.
Lunes, 7 de diciembre 2015, 22:33
El Papa Francisco, en el vuelo que le llevaba de la República Centroafricana a Roma, tuvo tiempo para repasar el caso 'Vatileaks 2' con los periodistas. Al conocer los últimos y truculentos vaivenes del proceso, se permitió incluso soltar una broma: «¡Gracias a Dios que ... no está Lucrecia Borgia!». Francisco reconoce que cometió «un error» al confiar en el sacerdote riojano Lucio Ángel Vallejo y en su colaboradora, la italiana Francesca Chaouqui. Primero dijo que serán los magistrados quienes acabaran diciendo «cuál es la verdad», «las intenciones de los imputados y cómo cometieron sus crímenes», pero también señaló que las filtraciones no le han sorprendido: «No me ha quitado el sueño porque han hecho ver el trabajo que se ha comenzado para buscar la corrupción y lo que no funciona bien». Aprovechó además la ocasión para relacionar su reforma con la que comenzó Benedicto XVI, al recordar que fue Ratzinger quien denunció «la suciedad» de la Iglesia en el Via Crucis que presidió pocos días antes de la muerte de Juan Pablo II. «Desde entonces hay en el Vaticano quien habla de corrupción».
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