Los creadores piden poder seguir trabajando sin tener que renunciar a su pensión

El malestar de los autores es enorme con las cartas que están recibiendo en los últimos días. En ellas se pone en el brete a pintores, músicos, escritores y cantantes, entre otros muchos, a elegir entre su pensión (ya sea contributiva o no contributiva) o las remuneraciones que reciben por dar un curso, escribir un artículo o grabar un disco. Los artistas tienen que decidir por una de las dos modalidades si los derechos de autor generados superan el salario mínimo interprofesional con carácter anual, unos 9.000 euros brutos.

Para Manuel Rico, novelista, poeta y presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), se trata de una situación inédita en Europa. Así, las entidades de gestión aducen que cualquier persona puede obtener rendimientos de sus inversiones en Bolsa y percibir su pensión. No hay ningún problema de incompatibilidad. Pero si se dedica a una actividad cultural o creativa, tiene que renunciar a una de las dos fuentes de ingresos. "Más allá de las consecuencias que puede suponer esta normativa en el plano personal de cada autor, nos preocupa el daño que se produce al privar a toda una sociedad, de las aportaciones que puedan realizar nuestros creadores en una etapa de su vida en la que el grado de madurez, experiencia y sabiduría deberían ser cuidadas y no rechazadas por obsoletas", dice la carta.

"Parece ser que los capitalistas jubilados que tienen acciones en la bolsa o reciben beneficios empresariales pueden cobrar tranquilamente su dinero y la pensión. Y resulta que nosotros, que hemos hecho un modesto capital con nuestros derechos de autor a lo largo de toda nuestra vida, no podemos tener ese beneficio. ¿Pero esto qué es? ¿En qué país estamos? A ver si por favor hay un poco de respeto a la cultura y dejamos de acosar, destrozar, arruinar y arrasar todo aquello que tenga que ver con la inteligencia", ha asegurado el dibujante Antonio Fraguas, Forges.

Los creadores solicitan una suerte de "excepción cultural" para que los profesionales del sector "puedan seguir aportando su talento y contribuyendo con el erario público en proporción a sus ingresos".

La medida, que se aprobó en 2012, es ahora cuando se empieza a aplicar, pues el departamento de Empleo y Seguridad Social ha enviado cartas a los creadores para que se decanten por una de las dos opciones. "Es un auténtico tiro en el pie a la propia actividad cultural", ha dicho Manuel Rico, quien ha informado de que la carta también se ha enviado a la ministra Fátima Báñez, "artífice de todo este proceso".

"Un académico de 80 años que haya estado toda su vida estudiando a Cervantes no podrá ejercer su trabajo profesional, con lo que se hurta al país, y sobre todo a la juventud, una riqueza intelectual enorme. Éste es un gobierno que tiene poco respeto a la actividad intelectual y espiritual. Se está creando un país de fenicios y no de artistas", ha argumentado el periodista y escritor Javier Reverte. "Yo recibo una pensión porque estoy jubilado como periodista. Eso me permite hacer viajes para escribir mis libros. Pero si eso me lo quitan estaré en una situación casi justita".

La carta es una iniciativa de la SGAE, la ACE, el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRE), la Federación de Músicos Asociados, el Foro de Asociaciones de Guionistas de Audiovisual, la Federación de Compañías de Danza (FECED), la Junta de Autores de Música (JAM) y la Asociación de Grupos de Música Antigua (GEMA), entre otras organizaciones.