carlos bueno
Sábado, 18 de julio 2015, 07:46
La galería de arte Cayón, en Madrid, mostrará al público, en primicia mundial, algunas de las obras más importantes del artista francés Yves Klein (1928-1962). Será en septiembre cuando, por primera vez, se expondrán en Europa una muestra de objetos de Klein, uno de ... los padres del arte conceptual. Conocido, sobre todo, por haber patentado un color, un azul ultramarino conocido como International Klein Blue, Klein explotó numerosas disciplinas artísticas, e incluso contribuyó a crear algunas nuevas. A pesar de su efímera carrera, debida a su muerte prematura -a los 34 años- ayudó a redefinir el arte.
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Precursor del concepto de performance, se convirtió en un pionero a la hora de servirse del vídeo para crear arte. Hijo de pintores, decidió abandonar el pincel y utilizar el cuerpo de mujeres desnudas para que sirvieran como instrumento del arte (las llamaba "pinceles vivos"). En otra ocasión organizó una muestra sin obras de arte para, aseguró, exponer "el vacío", otro de los conceptos que le maravillaban. "Se trata de un artista muy intelectual", coinciden los hermanos Cayón, huéspedes de la muestra.
Su arte daba más importancia al concepto que quería representar que al objeto en sí. Así, Klein se hizo con una réplica en miniatura de una conocidísima obra de arte, la 'Victoria de Samotracia', y la impregnó con su azul, apropiándose de ella. Esta técnica fue imitada posteriormente por artistas de talla mundial como Andy Warhol, que hizo suyo un retrato de Marilyn Monroe.
El presidente de la Fundación Klein de París, Daniel Moquay, casado con la viuda del artista, ha decidido confiar en los hermanos Adolfo y Clemente Cayón la obra del pintor. La galería Cayón ya le dedicó al artista una exposición en 2011, pero únicamente se mostraron vídeos editados por Klein, una de las muchas facetas que desarrolló. Aquella iniciativa les abrió la puerta a ser, hoy, los primeros en contar en una de sus salas con la 'Escultura Táctil', una obra de arte nunca antes expuesta. Se trata de una caja de madera blanca con un orificio central que sirve para que el visitante introduzca la mano y descubra el objeto que se oculta en su interior a través del tacto. "Yves Klein era consciente de que era un artista adelantado a su tiempo y no quiso que se expusiera esta obra hasta mucho tiempo después de su creación, pensó que no iba a ser entendida", explica Adolfo Cayón.
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