

Secciones
Servicios
Destacamos
MARÍA EUGENIA ALONSO
Domingo, 17 de mayo 2015, 01:31
madrid. «No voy a ser nombrado presidente, pero no le guardéis rencor a Franco. La política es así». Nochebuena de 1973. Torcuato Fernández-Miranda acaba de comunicar a su mujer y a sus siete hijos que no sucederá en el cargo al fallecido Carrero Blanco. «¿Quiere usted que le nombre presidente del Gobierno con la oposición de toda la clase política?», le había espetado Franco cuando el político le preguntó por qué no había sido elegido él. Desde el atentado mortal a Carrero, el asturiano había dirigido el gabinete en un momento de máxima tensión social e incertidumbre política en España que pudo dar al traste con la hoja de ruta prevista para la llegada de la democracia. «Que Fernández-Miranda no fuera ratificado como presidente reveló que el franquismo más ortodoxo no era partidario de sus posiciones aperturistas, independientes y distintas de la España que el franquismo quería, una España en libertad», asegura Juan Fernández-Miranda, periodista y autor de 'El guionista de la Transición' (Plaza & Janés).
El libro, a la venta el próximo 21 de mayo, es la primera biografía dedicada al político asturiano. Su sobrino-nieto ha repasado sus anotaciones personales y entrevistado a quienes mejor le conocieron. «Se le consideraba un político distante y es cierto que lo era porque era un político independiente, que no se casaba con nadie», subraya el periodista. «En el ámbito privado era una persona amable, extremadamente educada, muy familiar y con un peculiar sentido de humor», explica.
De este último hizo gala en uno de sus discursos más conocidos: «Se ha dicho que soy un hombre sin corazón, frío y sin nervios. No es verdad. Lo que sucede es que soy asturiano», aseguró, en el 1974, ante una clase política franquista que escuchaba atónita, sin entender nada. Discursos como éste revelan su forma de ser: decir sin decir, afirmar sin afirmar. «No termino. Continúo mi caminar al servicio del pueblo», concluyó sin que nadie comprendiera que apostaba por el futuro Rey. El mismo que, 41 años después, prologa la biografía de su profesor y «leal» consejero. Don Juan Carlos habla como Monarca agradecido a «este español excepcional que participó activamente en el diseño de la inmensa tarea de recuperar las libertades bajo el signo de reconciliación y la concordia».
«La suya fue una relación de extremada cordialidad, de máxima confianza y de total lealtad por ambas partes», asegura el periodista. Desde que se conocieron en 1960, cuando Fernández-Miranda fue nombrado preceptor del entonces príncipe, la relación de ambos se fue estrechando, lo que levantó suspicacias en el régimen. «Franco les impuso un militar de oyente. Desde ese momento, las clases se limitaron a argumentos académicos y sus encuentros serían confidenciales. Torcuato se acostumbró a entrar a la residencia del Príncipe por la puerta de atrás», relata su sobrino-nieto. En estos encuentros furtivos, maestro y alumno comenzaron a diseñar los pasos para restaurar la democracia.
A la muerte de Franco, Fernández-Miranda fue nombrado presidente de las Cortes tras rechazar el ofrecimiento de sustituir a Arias Navarro. «Renunció a su mayor ambición política, ser presidente del Gobierno. Pensó que sería más valioso para los planes de don Juan Carlos desde la presidencia de las Cortes, como luego fue», dice el autor. Desde este cargo, el político asturiano desmontó con habilidad los resortes del régimen en las mismas narices de los procuradores de las cortes franquistas. Primero, incluyendo entre los 'presidenciables' a un desconocido Adolfo Suárez que acabó elegido y que acometió las reformas necesarias para alcanzar la democracia. Y segundo, al elaborar su obra: la Ley para la reforma política, que permitió convertir el régimen dictatorial en un sistema de libertades sin romper en ningún momento la legalidad vigente. 'De la ley a la ley' era su lema.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.