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Encarni Hinojosa
Domingo, 8 de marzo 2015, 08:12
Cuando en 1985 el entonces presidente del Gobierno español Felipe González visitó por primera vez Japón recibió un obsequio por parte de las autoridades niponas que le cambió la vida. Aquel maravilloso bonsái era un regalo casi envenenado. No estaba destinado a coger ... polvo en una estantería, sino que requería cuidados perseverantes y sosegados. Pero esta tarea, lejos de ser tediosa, le sirvió al político para quitarse el estrés de la vida política. No fue su único bonsái, el expresidente recopiló un centenar de ejemplares de estos árboles diminutos que donó en 1996 al Real Jardín Botánico de Madrid, donde ahora se exponen.
La popularidad de González ayudó a que la palabra bonsái no fuera una extraña en nuestras fronteras. Hoy en día, existen muchos museos en España donde es el protagonista, como El Bonsái Colmenar , en Colmenar Viejo (Madrid), con la mayor colección de nuestro país: 1.500 ejemplares; el localizado en Albobendas , también en la comunidad madrileña; o el espacio de más de 800 metros cuadrados dentro del centro Terra Natura de Murcia .
Debido a esta gran aceptación, uno de los maestros más importantes del bonsái, Masashi Hirao , visitará España esta semana para impartir unos talleres y realizar una demostración. Esta última tendrá lugar el próximo jueves, a las 19.00 horas, en el Centro de Creación Contemporánea 'Matadero' de Madrid y la exhibición del artista estará acompañada por la música del gallego 'Raposo'. Al día siguiente, el japonés ofrecerá unos talleres en Alcobendas para mostrar los secretos de esta cuidada técnica a los aficionados al bonsái.
Nacido en 1981 en Tokushima (Japón), Masashi Hirao fue aprendiz del gran maestro Saburo Kato, uno de los más prestigiosos de la historia. Antes del fallecimiento del 'sensei', este eligió al joven artista como su último discípulo y, por tanto, su sucesor. Fruto de su importancia a la hora de representar la tradición nipona, Hirao fue designado en 2013 Embajador Cultural de Japón. La relación de este japonés ilustre con nuestro país es fuerte, ya que fue el destino que eligió como primer viaje al extranjero, ha vuelto en varias ocasiones y en tres meses va a establecer su residencia temporal en Madrid. España es el país del olivo, responde el maestro ante la pregunta de si en nuestro país existe cultura del bonsái.
Naturaleza española en pequeñas dosis
El olivo es precisamente una de las especies más bellas en bonsái, debido a su hoja pequeña. Otras idóneas son el pino, enebro, arce, olmo... Todas especies autóctonas que es buena muestra de que la naturaleza española es perfecta para representarse en dosis pequeñas. Precisamente, la colección de Felipe González en el Real Jardín Botánico está formada en su mayoría por especies ibéricas.
Cualquier variedad arbórea puede convertirse en un bonsái. El proceso requiere de abonado, transplantes, podas de mantenimiento y drásticas para darle la forma y hasta el uso de pequeñas alambradas. Si el sol y el agua no faltan y las técnicas a las que ha sido sometido se han ejecutado correctamente, un bonsái puede vivir lo mismo que un árbol normal. Se puede tener un pequeño olivo en casa para toda la vida.
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