Los diferentes usos de la cestería

Aún hoy hay cesteros y gente que prefiere las cestas de mimbre, pero en su mayoría quedan relegadas por otras de otros materiales más duraderos. Por eso desde la La Casa Encantada de Briones han pensado dedicar una exposición a las diferentes técnicas que se utilizan en la cestería.

Desde ayer se puede visitar en la sección etnográfica del Museo de La Rioja, en Briones, 'Quien hace un cesto, hace un ciento', título que bautiza la nueva muestra. La sala es un viaje en el tiempo a nuestro pasado, ya que recoge los usos agrícolas, ganaderos, domésticos o de transporte que tenían.

En la cestería se trabajaba con tres métodos. El más popular es el de tejer que servía para elaborar cestas, caracoleras, banastos, garrafones o carpanchos para llevar el pescado. Los cesteros utilizaban caña, castaño o mimbre para ir dando forma a los recipientes.

Especialmente curiosos son el cabritero, una especie de transportín para los corderos y cabritos, o también los nidales, que facilitaban la puesta de huevos a las gallinas.

Otra de las técnicas era el trenzado para que el se utilizaba el esparto. Para comenzar a dar forma al serón, que llevaban los burros, o los serijos, que se utilizaban para prensar las aceitunas, se trenzaban tiras y después se comenzaban a coser con las agujas, de las que se conservan un par de ejemplares.

La tercera técnica es la cestería urdida, que se trabajaba con la paja de centeno y que utilizaban sobre todo los escriñeros para elaborar los escriños, una variedad de cestos.

Los artículos empleados en esta exposición son una selección de los cerca de 200 que conserva el Museo de La Rioja. Su directora, María Teresa Sánchez Trujillano, explicó la escasez de herramientas, ya que «en la cestería se emplean más ocasiones que las específicas, de las que sí hay un abridor de caña o agujas para el esparto».

El director general de Cultura, José Luis Pérez Pastor, recordó el encanto de un museo que «ha recibido más de 20.000 visitas en el 2014».