El evangelio hecho arte

Sus prodigiosas piezas iluminan la fructífera relación entre arte y espiritualidad en la tradición cristiana, en un apasionante relato evangélico pleno de genio artístico y narrado con el auxilio de la última tecnología audiovisual. De manera didáctica y divulgativa, exhibe una fabulosa reunión de tesoros que permitirá al visitante -hasta el 15 de abril en el Fernán Gómez-Centro Cultural de la Villa- recorrer los hitos bíblicos fundamentales, el mensaje y la historia de la Iglesia «de la Creación al Juicio Final», acota el comisario.

El versículo del Génesis que presenta al ser humano como creación única a imagen de Dios, da título a esta ambiciosa revisión del origen y los cimientos de la cultura occidental y su espiritualidad. Demuestra cómo con el impulso y el mecenazgo de la Iglesia, los artistas las reflejan de modos tan diverso con excelso a lo largo de los siglos en catedrales, iglesias, ermitas y conventos.

«El arte reunido aquí es una manifestación religiosa. Y religioso es todo lo que hace el hombre para unirse a Dios, de modo que todas estas obras son el camino del individuo para aproximarse al amor de Dios» dice el comisario. Ha diseñado un recorrido que desde el Edén pasa «por lo que fue el pueblo elegido por Dios, sigue con el Cristo de los Evangelios y explora la actitud del Hombre ante el fin del mundo y el juicio que ha de temer».

Las joyas

«Del beato de Valcavado, del siglo X, a un Solana del XX» nunca se había reunido tan relevante conjunto de piezas de un período tan extenso. Llegan desde 22 diócesis y de colecciones públicas y privadas. Repartidas en doce salas, hay obras tan portentosas como las cabezas de Adán y Eva talladas por Alonso Cano para la catedral de Granada; 'La tentación de Santo Tomás' de Orihuela, - «acaso el mejor Velázquez fuera del Prado» - confrontado al retrato de 'San Isidoro de Sevilla', de Murillo, que cede la catedral hispalense, «y que por primera vez se contempla a la altura de los ojos y no a quince metros del suelo».

Brillante es también el lienzo 'Susana y los viejos' pintado por Ribera en 1617 y en poder hoy de la galería Caylus. Como los dos Goya -el gigantesco 'San Bernardo' y el diminuto 'Oración en el huerto' del que Camón Aznar dijo: «nunca se ha pintado tanto en tan poco»-, el conjunto escultórico de 'Los Ángeles' de Gregorio Fernández o el 'Cristo crucificado' que Sebastián de Almonacid talló en 1490.

Otras joyas son los Rubens 'Sansón y el león' del Fondo Cultural Villar-Mir, o 'Betsabé en el baño', también de la colección Caylus; 'La expulsión de los mercaderes del templo', un Greco de la madrileña iglesia de San Ginés; 'La Virgen del pajarito' de Luis de Morales, que cede la parroquia de san Agustín de Madrid; 'La Virgen Niña' de Jadraque pintada por Zurbarán y procedente del Museo de Sigüenza; los tenebrarios de plata, gigantescos candelabros de 300 kilos que son «lo mejor de la orfebrería europea del XVIII», o una Biblia de Gutenberg, confrontada con un fragmento de la Torá, Libro del Ley hebrea, en un pergamino de la catedral de Calahorra.

Del Románico, al Gótico o el Barroco, 'A su imagen' acoge todos los estilos con los que la Iglesia católica ha representado su mensaje y que denotan «la gran capacidad el arte para humanizar y narrar una historia que hoy sigue siendo sugerente». Cada obra evoca hechos que ayudan al ser humano a conocer una parte de su historia y de sus referencias culturales. El comisario ha querido que «a cada tema le acompañara un sentimiento estético del belleza expresado a través de obras maestras atractivas por sí mismas», amparadas por el mecenazgo de papas, cardenales, obispos o canónigos.

No viajará y es una muestra irrepetible. «Son piezas tan imprescindibles, que es como si arrancáramos el corazón de los lugares de procedencia. Los cuerpos sin corazón no funcionan y los prestadores las necesitan, de modo que es imposible que itinere» explica Bango. «Será difícil ver otra vez una muestra tan asombrosa de tal calidad y variedad. Nada es imposible, pero, sin falsa modestia, diré que estamos ante 'la exposición', la más relevante en los últimos años en Madrid».

«Si alguien quisiera ver en sus emplazamientos originales las obras que reúne, debería hacer miles de kilómetros para visitar los 'santuarios' donde se atesoran» dice Bango. Ceden las piezas instituciones y museos como El Prado, Reina Sofía o Patrimonio Nacional, y colecciones privadas como las del Banco Santander o BBVA.

La organiza la Fundación Madrid Vivo, plataforma civil y empresarial impulsada por Juan Miguel Villar-Mir, presidente a su vez del comité organizador la exposición, bajo los auspicios de la Conferencia Episcopal Española y del Arzobispado de Madrid que comanda Carlos Osoro. Creada en vísperas del Jornada Mundial de la Juventud de Madrid para promover valores universales enraizados en nuestra cultura, cuenta con la colaboración de notables entidades privadas y del Ayuntamiento de la capital.

Sus organizadores celebran que la fabulosa muestra «no costará nada ni al Iglesia ni a ninguna Administración». Los ingresos que genere irán a obras de caridad. Son patronos de la fundación destacados empresarios como Javier Botín, César Alierta, Ángel Ron, Borja Prado, Raimundo Pérez, David Álvarez, Felipe Benjumea, Marcelino Oreja, o David Hatchwell.