«Ser mediático ayuda muchísimo a llenar el teatro»

Sobre el escenario, un elenco muy televisivo encabezado por Carlos Sobera como ministro de Economía, Marta Torné como la joven profesora y Javier Antón y Guillermo Ortega como indignados. Todos ellos comparten una ambición desmesurada por mejorar sus vidas que les llevará hasta el límite para conseguir su objetivo en una "comedia de situación muy realista", según define el director de la obra, que insiste en que la visión de la obra es más "cómica y sarcástica" y menos "política".

En la misma idea abunda Carlos Sobera, que explica que "todo lo que hay de crítica, de reflexión, de ironía e incluso de sarcasmo está fuera de la política". "Aún así dos de los personajes se podrían considerar como dos indignados típicos del país, con lo que hay más de una escena en la que saltan chispas de ese estilo", añade el actor y presentador. De hecho, más que una crítica a la clase política, Sobera concibe la obra como un retrato más amplio de la sociedad en general. "Tanto el político como la profesora y los indignados son igual de ambiciosos y tienen los mismos pocos escrúpulos que el ministro, así que comparten mucho más de lo que creen", explica. "De hecho, los políticos de los que tanto nos quejamos no vienen de Marte sino del barrio de al lado, y muchas veces han compartido con nosotros educación, novieta, discoteca o afición por el fútbol. Son parte de nosotros mismos", reflexiona Sobera.

En opinicón de la actriz Marta Torné, es cuando la ambición se suma al poder cuando se convierte en algo "turbio" y "peligroso". "Cada día vemos salir casos de gente a quien el poder le ha corrompido, aunque también creo que depende de la persona, yo por ejemplo soy incapaz de quedarme con un euro del cambio del pan". Sin embargo, la intérprete defiende que hay que buscar "responsables" y "son ellos los que están al mando". "Creo que la indignación no llega solo porque lo hagan mejor o peor, sino por la corrupción, que es algo desmoralizador. Y no es solo una cuestión política; sales a la calle y ves a gente buscando en los contenedores o durmiendo en la calle y te da mucha tristeza".

Torné admite que no conoce a mucha gente dedicada a la política aunque hace poco coincidió con el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en un restaurante. "Tienen ese rollo tan diplomático y súper educado que al final no sabes cómo son ellos en realidad", reflexiona. "Me gusta la política y siempre la he seguido como ciudadana pero yo también estoy muy indignada con todos los partidos políticos, del primero al último".

De la televisión al teatro

En el elenco de esta obra se repite la fórmula cada vez más utilizada del reclamo televisivo para atraer cada vez más espectadores, aunque los actores no creen que el teatro esté de capa caída. "Aunque nos han hecho mucho daño con la subida del IVA sigue habiendo público pero claro que cuenta el ser mediático, la diferencia es abismal y ayuda muchísimo a la hora de llenar el teatro", admite Torné.

También ayuda, según Sobera, ofrecer una visión en clave de humor de los problemas que nos rodean. "Cuando uno quiere denunciar un momento social o político o una conducta humana y lo haces muy serio, corres el peligro de convertirlo en un ladrillo y conseguir el efecto contrario, no llegar a nadie y no transmitir el mensaje. Pero cuando te ríes de todo eso, el humor te permite llegar mucho mejor".