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PPLL
Domingo, 25 de mayo 2014, 00:21
Ha sido saltar a escena y sucederse los titulares. 'La modelo que subió el vitiligo a la pasarela', 'Chantelle Brown-Young triunfa como modelo con vitiligo', 'Winnie Harlow, la primera modelo con vitiligo', 'La modelo de piel manchada que triunfa en la moda'... Si algo ha quedado claro es lo difícil que resulta acertar con el nombre de la top del momento y lo sencillo que supone por desgracia captar la atención por la vía de la enfermedad.
De vez en cuando la moda trata de sacudirse ciertas sombras de sospecha. Nadie sabe si estas licencias son del todo sinceras o si, por el contrario, encierran una tremenda cuota de demagogia; e incluso, lo que sería peor, si esconden un trasfondo mercantilista. Cuando se les acusa de hacer el caldo gordo a modelos muy delgadas y les caen denuncias de incitar a la anorexia, los diseñadores y las marcas más importantes reaccionan contratando a modelos con curvas. Generalmente, por muy poco tiempo, ya que enseguida vuelven a la misma rueda, recurriendo a rostros lánguidos de toda la vida y con cara de pasar verdadera hambre.
A sus 19 años, Chantelle Brown-Young ha aprovechado su paso por 'America's Next Top Model', un popular programa de la televisión estadounidense, para reivindicarse como lo que quiere ser: una modelo. Sin más. Salta a la vista que la joven es guapa de cuidado y que tiene por delante una prometedora carrera. Su caso recuerda al de la actriz Lupita Nyong'o, tras su espectacular irrupción en la última gala de los Óscar. Winnie Harlow, su verdadero nombre, no se lo podía creer. También revolucionó las redes sociales -solo en Instagram tiene más de 100.000 seguidores- y despertó el interés de numerosas firmas de moda de lujo, pese a no ocultar los efectos del vitiligo. Desde los cuatro años carga a cuestas con esta anomalía degenerativa que provoca una piel con manchas mucho más claras que el tono natural por la desaparición de los melanocitos.
Impacto del maquillador
Harlow no pasó por alto ante los espectadores lo que ha sido su vida desde niña. Recordó que fue víctima de acoso escolar a causa de su enfermedad en su Toronto natal. Sin embargo, en lugar de venirse abajo, se lanzó al modelaje, aunque sus compañeros de clase le hacían la vida imposible llamándola vaca y cebra. La joven se ha convertido en un modelo para las niñas que padecen la misma enfermedad. Además de exhibir su cuerpo sin pudor, ha ironizado sobre el «impacto» que sufrió el maquillador que se ocupó de ella antes de desfilar por primera vez. Chantelle Brown-Young sabe ganarse a los medios de comunicación. De algo tenían que servirle sus estudios de periodismo. Terminó de convencer a la audiencia cuando, entre risas, aseguró que ha tenido que explicar un montón de veces que «ni soy un monstruo ni hago daño». Entre sus sueños figura participar en la Semana de la Moda de París, y es posible que pueda cumplirlos más pronto que tarde. Aplaudió que, cuando empezó a aceptarse a sí misma, «el mundo también lo hizo».
Sin embargo, más allá de sus aspiraciones profesionales, Chantelle ha dado una verdadera lección al confesar lo feliz que es por los efectos del vitiligo. «Hay gente que tiene la piel negra y hay gente que tiene la piel blanca. Yo simplemente tengo las dos», señaló. Ahora solo hace falta que la moda, esa industria caprichosa que consigue casi todo lo que se propone, la trate como lo que es, una gran modelo, y no la zarandee y convierta en un muñeco de trapo cuando deje de llamar la atención su piel y los estragos del vitiligo.
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