El violador en serie de Gipuzkoa, G. G. Coman, en su entrada en la Audiencia de Gipuzkoa para uno de los juicios contra él USOZ

Nuevo juicio contra el violador en serie por agredir a una mujer de su familia

Es una de las mujeres rumanas a las que atacó en sus casas mientras dormían. La Fiscalía de Gipuzkoa pide 14 años de cárcel y 60.000 euros de indemnización

Aiende S. Jiménez

San Sebastián

Viernes, 23 de febrero 2024, 12:28

Decían que entraba en sus casas «como un fantasma». Eran mujeres rumanas, a las que conocía, y a las que violó tras inmovilizarlas con cloroformo. Después se despertaban sin saber qué había ocurrido. Así actuó durante su última etapa antes de ser detenido el violador ... en serie de Gipuzkoa, G. G. Coman, que ya ha sido condenado por cinco agresiones a 39 años de prisión. Aún le queda un caso pendiente, una violación cometida sobre una joven rumana, prima política de la que era su mujer, y la Fiscalía ya ha determinado la pena que solicita imponer: 14 años de cárcel, 8.100 euros de multa y 60.000 euros de indemnización. La acusación particular, que ejerce la asociación Clara Campoamor, eleva la pena a 15 años de cárcel y 9.720 euros de multa, y mantiene la misma cantidad de indemnización que el Ministerio Público. El juicio todavía no tiene fecha.

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Cada nuevo dato que trasciende sobre el 'modus operandi' de este agresor sexual que actuó impunemente en Gipuzkoa entre 2012 y 2017 resulta estremecedor. Cuando fue detenido, tras violar a una joven de 21 años en su casa de Beasain, a la que asaltó en el descansillo y durmió con cloroformo, la Ertzaintza incautó varios 'pen-drives', en los que hallaron vídeos y fotografías de mujeres a las que violaba. Todas ellas víctimas que no estaban identificadas por la policía hasta entonces. Este caso es el de una de esas chicas.

El agresor sabía que su marido no estaba en casa porque trabajaba para él y había hecho una copia de las llaves

Según se recoge en los escritos de acusación, los hechos ocurrieron el 17 de junio de 2017, sobre las 5.20 horas de la madrugada. El agresor conocía a su víctima, ya que era prima de su mujer, y residía en el portal contiguo. Sabía que su marido había salido a trabajar a las 5.00, ya que trabajaba para él, y que por tanto se encontraba sola en casa. Así lo hizo con todas las chicas rumanas. Las conocía, sabía sus horarios y cuándo estaban solas, y así atacaba sin riesgos.

Esa noche G. G. Coman entró en la vivienda con una copia de las llaves que había hecho a su empleado y marido de la chica, que estaba durmiendo en la cama. Aprovechándose de ello, anuló su voluntad usando cloroformo. Cuando se encontraba ya inconsciente la penetró vaginalmente, para eyacular después encima del colchón.

Pero no se fue sin más. Antes de abandonar la vivienda, Coman le hizo una fotografía desnuda, cuando estaba inconsciente y sin su consentimiento.

Cuando despertó, sobre las 6.30 horas de la madrugada, la joven, según recoge el relato de hechos de la acusación particular, «tenía la sensación de que no podía respirar. Había un olor fuerte en la habitación». Además, tenía la sensación de que «había un hombre de negro» en su habitación. Estaba con la camiseta subida, sin ropa interior, y con la cara «muy roja e hinchada». La mujer llamó a su marido, pero este le dijo que no podía acudir ya que estaba trabajando, por lo que avisó a su prima, mujer del violador, que fue la que la trasladó a Urgencias de la Clínica de la Asunción de la localidad de Tolosa.

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La víctima sufrió una dermatosis alérgica facial por reacción al cloroformo, sin que le hayan quedado secuelas físicas por estos hechos.

Para las acusaciones la agresión llevada a cabo es constitutiva de varios delitos. El primero el de abuso sexual con penetración, en concurso con un delito de allanamiento de morada, un delito de lesiones leves, y otro de revelación de secretos y vulneración de la intimidad. Además de las penas ya mencionadas, solicitan una libertad vigilada por un tiempo de 10 años tras el cumplimiento de la pena y una medida de alejamiento sobre la víctima por un periodo de 9 años. Aunque la mujer ya renunció a cualquier responsabilidad civil, las acusaciones piden 60.000 euros por los daños morales causados.

Entró mientras dormía, la anuló con cloroformo y la violó, pero antes de irse le hizo una fotografía desnuda que la Ertzaintza encontró en un 'pen-drive'

Es la única causa que sigue abierta contra el violador en serie al que se atribuyen 14 agresiones sexuales cometidas en Gipuzkoa desde 2012. Hasta ahora se ha enfrentado a tres juicios por cinco de ellas, en los que ha sido condenado a 39 años de cárcel. En el primero de ellos fue condenado a 12 años de prisión por la violación a una mujer en Beasain. Fue el caso que permitió detenerle y relacionarle con todos los casos de agresiones que llevaban años sin resolver. En el segundo juicio fue condenado a 9 años de cárcel por violar a una joven el 1 de enero de 2015 en Lasarte-Oria, cuando regresaba a casa tras celebrar la Nochevieja. Le asaltó por la calle, la durmió con cloroformo y la violó cerca de su portal. El último juicio reunió a tres casos, dos agresiones en grado de tentativa, ya que no logró consumar, y una violación. El primero se produjo en Andoain en 2012, y los otros dos en la carretera de Irura a Anoeta en septiembre de 2012 y 2013. El primer año intentó violar a una joven y no lo logró. Al año siguiente volvió al mismo lugar y, usando cloroformo, logró su objetivo. Fue condenado a 18 años de cárcel. G. G. Coman está preso en la prisión de Dueñas, en Palencia.

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