Un hippie organizó el atentado contra Vidal-Quadras

Pero, ¿cómo va a querer ese hombre matar a nadie? Si es vegetariano, no le haría daño ni a una gallina». Amplía la fotografía y se lleva las manos a la cabeza: «Debe ser una equivocación. Es una bella persona». Quien así habla y se sorprende es un joven, vecino de la Alpujarra granadina, que recuerda a Naraya G. como una persona «normal». El presunto organizador del ataque hace dos semanas a Alejo Vidal-Quadras, fundador de Vox, no solo se crió en esta comarca andaluza, también allí trató de esconderse. Las pesquisas policiales llevaron a su detención en Lanjarón, donde residía desde el año pasado. Concretamente vivía en Beneficio, la mayor comuna hippie del país, donde el eslogan 'paz y amor' guía cada jornada. Sin embargo, algo en su trayectoria se torció.

Fuentes consultadas por este periódico aseguran que la madre de Naraya G. falleció durante el parto y que del padre nada se sabe. Un judío, natural de Israel, se hizo cargo del pequeño y, así, creció, educado en la fe y las costumbres del judaísmo, en un entorno natural y libre. Beneficio, un poblado en el que residen varios cientos de personas de diversas nacionalidades, fue su hogar de niño y adolescente. Los tipis, tiendas cónicas originarias de los pueblos indígenas de las grandes llanuras de Estados Unidos, y las yurtas, tiendas circulares utilizadas por los pueblos nómadas de Mongolia, se mezclan con cabañas de madera, piedra y cemento e, incluso, con alguna de paja creando un paisaje singular. Tampoco faltan los huertos y los mensajes de una vida espiritual y en paz marcan el complejo. Por eso, llama tanto la atención la evolución de la trayectoria vital del ahora detenido por ser el presunto cabecilla del ataque al político.

Naraya G. parece haberse convertido al islam y ha caído en la radicalización como musulmán radical chií. Así lo apunta la investigación.

Los vecinos de mayor edad de la localidad granadina de Órgiva no lo recuerdan, pero varios jóvenes, al ser preguntados, saben perfectamente de quien se trata. Y todos coinciden en una idea: debe ser un error, «lo habrán utilizado para ganar dinero fácil, es una buena persona, un chico simpático y apañado. Normal y corriente. Nunca se metía en peleas, no es agresivo», comentan. Pese a que el arrestado se crió en el poblado hippie, siempre estuvo perfectamente integrado en el pueblo. «Si lo ves por aquí andando te parecería de lo más formal, siempre va bien vestido y es educado», relata otro vecino. Nada hacía presagiar su giro a la radicalización islamista. Aficionado a los ordenadores, los que le conocen cuentan que solía ser muy ávido con las nuevas tecnologías. Fiel amante de los coches, conducía vehículos de alta gama, como un Chrysler Crossfire o un Maserati. El ocio nocturno era otro de sus hobbies, con escapadas, por ejemplo, a Ibiza, el paraíso de la fiesta. «La última vez que lo vi estaba precisamente en el aeropuerto para viajar a esa isla con su novia», cuenta otro vecino de Órgiva.

Con asiduidad salía con su pareja, que también ha sido detenida, para encargar comida en los locales de la zona. «Hace apenas una semana pidió una brocheta, que le gustaban a su novia, pero nunca la recogió. Él no comía carne», cuenta el trabajador de un negocio de hostelería.

Lo cierto es que estricto con la alimentación era su padrastro, judío practicante, que jamás mezclaba carne con lácteos al ser una prohibición expresa de la Torá. A este hombre le perdieron la pista hace bastante tiempo. Al detenido también, aunque no había ido muy lejos. Se encontraba en Lanjarón, a escasos veinte minutos de esta localidad.

La pareja detenida por su supuesta vinculación con el atentado contra Vidal-Quadras compartía trabajo. Ambos formaban parte de una misma empresa, con domicilio social en Denia (Alicante), que, no obstante y como se ha comprobado ahora, llevaba seis años sin actividad alguna. El negocio se dedica, según su propia descripción, a «asesorar a personas perjudicadas en fraudes y malas prácticas en el sector financiero». Se comprometen a ayudar a víctimas de estafas y negligencias en materia de pensiones e inversiones. La empresa estaría a nombre de la madre de ella, una británica que, al parecer, mantiene una estrecha relación con los chicos, puesto que ella fue la que alquiló el piso en el que ambos vivían cuando fueron detenidos.

Fuentes cercanas a la investigación detallan que Naraya G. contrató a A. R, el tercer detenido implicado en este turbio asunto en Fuengirola (Málaga), para que adquiriese una moto a su nombre a cambio de 500 euros. No obstante, descartan también que el granadino fuera el conductor de esa motocicleta de gran cilindrara en la que huyó el sicario, el tunecino en busca y captura, tras cometer el atentado.

Eso sí, el chií sí que participó de manera intensa en las vigilancias previas al ataque en las inmediaciones del domicilio de Vidal-Quadras en el barrio de Salamanca, en Madrid, para controlar sus rutinas. Las cámaras de seguridad de la zona le muestran de forma recurrentes en los días previos y también conduciendo el vehículo azul de alquiler a su nombre con el que él y el sicario habrían huido tras el atentado rumbo a Andalucía.

El desconcertante perfil de Naraya añade todavía más incógnitas a un caso sin antecedentes conocidos y en el que el joven granadino (un poco hippie, un poco chií y otro poco empresario) debería tener buena parte de las respuestas.

Los tres detenidos pasarán en breve, probablemente hoy viernes, a disposición del juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge, según ha detallado el delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández.

La buen anoticia es que el político Alejo Vidal-Quadras ha recibido el alta hospitalaria dos semanas después de ser operado del disparo en la cara en Madrid que le causó heridas en la mandíbula.