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Un empujón mortal, un sospechoso portugués y un crimen sin respuesta en Tordesillas
Crónica negra

Un empujón mortal, un sospechoso portugués y un crimen sin respuesta en Tordesillas

La muerte del hostelero Óscar Gómez Incio sigue sin esclarecerse después de salir en defensa del mobiliario de su terraza una noche del 25 de mayo de 2007

Domingo, 23 de marzo 2025, 07:02

Minutos después de las dos de la madrugada del 25 de mayo de 2007 todo cambió en Tordesillas (Valladolid). Una llamada alertaba al 112 para socorrer a Óscar Gómez Incio después de recibir un fuerte golpe en la cabeza. ¿Quién mató a este joven de 29 años cuando cerraba su negocio de hostelería en la calle Huesca esa noche? Una pregunta que 17 años después sigue sin respuesta. Casi veinte años de investigaciones que siempre han desembocado en un camino sin respuesta. Sin poder seguir tirando de un hilo cuyo ovillo empieza a acabarse.

Desde entonces, sobre todo desde que el juzgado archivó el caso, ha sido el padre de Óscar, Roberto Gómez, el que no se ha quedado de brazos cruzados para esclarecer la muerte de su hijo.

Esa noche, tras una jornada de trabajo, la víctima se dirigía, junto con su novia, Mónica, hasta el coche para volver a casa. Fue en ese momento cuando vio a cuatro personas ensañarse a patadas contra el mobiliario de la terraza. Les recriminó su actitud para que cesaran de sus intenciones y lo que recibió por parte de uno de ellos fue un mortal empujón al golpearse la cabeza contra un bordillo. Así lo atestiguó la autopsia días después.

Familiares y amigos de la Víctima, en el lugar del crimen J. Sanz

Los cuatro implicados emprendieron una fuga, no sin antes golpear también a la novia de Óscar, exitosa para ellos a la par que decepcionante para la familia de la víctima.

Tras alejarse de la escena del crimen, Mónica llamó al 112, pero a la llegada de los sanitarios su pareja ya había perdido la vida.

La investigación la recogió esa misma noche la Guardia Civil. Había un testigo directo de los hechos, Mónica, que fue la primera en apuntar que esas cuatro personas tenían acento portugués. No era un mal inicio para abrir la investigación, que avanzó hasta que la Benemérita centró las pesquisas sobre una cuadrilla de obreros de la construcción que por esa época se encontraban por la zona. Pero nunca les identificaron hasta que Mónica señaló a uno de ellos en un reconocimiento fotográfico.

Su declaración permitió completar un retrato robot, aunque la Guardia Civil tardaría quince meses en dar con el que en ese momento era el único sospechoso.

Se presentó a declarar en el juzgado el 16 de agosto de 2008, más de un año después del crimen. Aportó en ese momento una documentación «un tanto dudosa» (hoy en día aún colean esos papeles) en la que acreditaba que el día de autos se encontraba en su país natal. Tan solo apuntó que por Tordesillas había estado en septiembre de 2006.

Se entraba en una espiral sin respuestas porque el resto de indicios obtenidos en la escena del crimen tampoco ofrecían resultados concluyentes. Así como la autopsia, en la que no hallaron ADN de terceras personas.

Funeral por la muerte del Óscar Gómez en Tordesillas. El Norte

«Sabemos que la Guardia Civil, que hizo un buen trabajo, dio por resuelto el crimen cuando detuvo al sospechoso, pero nunca se permitió que mi entonces nuera, que vio cómo mataban a mi hijo delante de ella, pudiera reconocerle en una rueda de reconocimiento. En cambio, sí le reconoció sin dudarlo hasta en tres álbumes de fotos que le mostraron los agentes», afirmaba el padre de la víctima, que desde entonces llegó a asegurar que luchará por conocer quién mató a su hijo hasta el día que muera.

El juzgado, que dejó inicialmente en libertad con cargos al sospechoso, archivó la causa el 19 de mayo de 2010. Desde entonces no se ha vuelto a reabrir, a pesar de los intentos de la familia.

Y eso que han sido muchos en todo este tiempo con el procedimiento sobreseído. Con cambio de despacho incluido (Despacho Criminológico Jurídico Balfagón & Chippirrás), el padre de la víctima centró sus esfuerzos en la coartada y documentación del operario portugués, con 61 años en la actualidad. Se creía lo que vio y dijo la que era su nuera en el momento del crimen, así que intentó luchar para que el caso no se durmiera en los juzgados. Contrató a un perito caligráfico para analizar hasta la extenuación ese papel que afirmaba que el albañil portugués no estaba en su país natal ese 25 de mayo de 2007 para desprender la conclusión de que «cuatro de los ocho números que completaban la firma habían sido modificados». «Es plausible atribuir la no autoría de la fecha completa. Se trata de un documento modificado», reflejaba el nuevo análisis efectuado hace tres años.

Esa documentación la envió la familia al Juzgado de Instrucción número 2 de Valladolid en 2022 con la única intención de reabrir el caso. Adjuntaba el informe pericial con los detalles de esa «fecha modificada», si bien el juez instructor desestimó las pruebas. Al igual que la Audiencia Provincial, por lo que todo seguía igual tras una nueva intentona.

A pesar de esos intentos infructuosos judiciales, el padre de Óscar Gómez Incio sigue en la lucha por conocer quién está detrás de la muerte de su hijo. Un duelo que lleva desde hace diecisiete años y que no le aliviará en parte hasta que ponga nombre y apellidos a la persona que acabó con la vida de su hijo tras un empujón mortal que conmocionó a Tordesillas hace casi veinte años.

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