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Floristería iris cumple hoy 36 años poniendo color al barrio

Un 22 de noviembre como hoy, pero de 1988, abría sus puertas por primera vez Floristería Iris, un establecimiento histórico de Vara de Rey

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LA RIOJA

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En 1988 Logroño ofrecía una imagen muy diferente de la actual. La ciudad prácticamente acababa en la sede de Diario LARIOJA que, por aquel entonces, aún albergaba la rotativa en sus bajos.

La vía del ferrocarril marcaba una línea fronteriza que sólo se habían atrevido a superar el colegio de las Escolapias, un recién nacido Residencial México, y otro no menos joven Carrero Blanco, que aún convivía hombro con hombro con la fábrica de zapatillas Jiménez.

Así, en ese punto casi del extrarradio junto a la calle Huesca, Mila San Miguel decidió aprovechar la experiencia acumulada al lado de su madre en el puesto de flores del Mercado del Corregidor para abrir su propia floristería. Era un 22 de noviembre como hoy, pero de hace 36 años.

Mila, que regenta el establecimiento junto a su hermano Julio, reconoce que la gente le decía, «pero ¿a dónde vas?Que te sales de Logroño...», aunque por contra, otros le decían: «En esta zona de la ciudad faltaba una floristería y una tienda de limpieza en seco». A Mila San Miguel nunca le pareció arriesgado ponerse en esa zona «quizá porque yo vivía muy cerca de donde está la floristería».

En esos 36 años, la zona ha cambiado mucho y no siempre para bien. «Tuvo algunos momentos comercialmente muy buenos, pero lo cierto es que ahora ya no lo son», reconoce San Miguel. Ella ha visto desaparecer a muchos de los comercios que estaban cuando llegó y a otros, que abrieron después, y que ya no están. «Yo creo que no hay muchos más antiguos que nosotros en todo Vara de Rey. Seguro que son anteriores nuestros vecinos de Carnicería Rossana, pero no sé si hay muchos más».

La imposibilidad de aparcar delante de los comercios ha hecho mucho daño, aunque es algo que en Iris tienen asumido y que entienden que debe ser así «para que la circulación sea fluida, pero eso acaba por hacer mucho daño al comercio», comenta.

Cambio de hábitos

En Iris reconocen que no han notado la supuesta competencia de las grandes superficies, «nos hacen más daño las tiendas que venden de todo a precios muy baratos, generalmente regentadas por ciudadanos orientales», pero la diferencia de calidades y servicios es muy grande y eso marca distancias: «Yo me he formado profesionalmente en la Escuela Española de Arte Floral y Julio lo hizo en la Escuela Familiar Agraria que hubo en La Grajera, por lo que somos profesionales de este sector. Además, nosotros repartimos a domicilio, atendemos servicios para todas las celebraciones, entierros... la verdad es que son dos tipos de negocio muy diferentes. Nosotros apenas tenemos competencia en esos otros establecimientos», afirma Mila. Pero lo que sí notan en este pequeño comercio por la influencia de las grandes superficies es un cambio de hábitos que afecta a los horarios. «Antes los sábados por la tarde se trabajaba muchísimo. Los establecimientos comerciales del barrio estaban abiertos porque había mucha gente que aprovechaba ese momento para comprar, pero ahora el que va a comprar un sábado por la tarde lo hace a las grandes superficies», señala Mila.

En cualquier caso, después de 36 años, Iris sigue cargado de vitalidad y espera que sus flores sigan acompañando a los vecinos del barrio (y del resto de la ciudad) en los momentos más importantes de sus vidas, desde el nacimiento hasta la muerte pasando por bautizos, comuniones, bodas y otro tipo de celebraciones como cumpleaños, aniversarios, San Valentín o el Día de la Madre. Entretanto, al menos, seguirán dando color al barrio con su florido escaparate.