Camprovín

Las vueltas cerraron unas grandes fiestas

Sin embargo, por la tarde, el tiempo otorgó un respiro, y se desarrolló con normalidad la gran kermés organizada entre vecinas del pueblo y voluntarias internacionales de la Asociación On&Off. En ese rato, los más pequeños pudieron disfrutar de juegos de toda clase, con chucherías y regalos como recompensa.

«Nos ha gustado mucho esta actividad porque los críos se han divertido un montón», comentaba Loli, una de las encargadas. Con la kermés terminada, tocó el turno de la verbena, el concurso de disfraces y el bingo. «No he ganado nada, pero ha estado bien gracioso», afirmaba Martín, un vecino, respecto al bingo,

Entre risas y jolgorio, el viernes y el sábado pasaron. Y llegó el domingo, día grande de las fiestas, con las tradicionales vueltas por las calles de la localidad. Al mediodía, una charanga traída de Nájera comenzó a tocar su música, y durante horas los camprovineses. hermanados, fueron de arriba a abajo, agarrados por el brazo, con risas y buen rollo.

A la vez, se celebraba la fiesta de los quintos, así que los chavales de 18 años pusieron mesas con comida para recargar pilas en el transcurso del pasacalles. «Yo me lo paso como un chiquillo, lo mejor de todo es cuando empieza a tocar la charanga la canción de 'Camprovín te quiero'», apuntaba José, un paisano, en medio del éxtasis musical.

Sobre las seis de la tarde, el pasacalles finalizó, pero los vecinos no se rindieron y siguieron la fiesta con mucho ímpetu. Incluso, sacaron una comba a la plaza, que decenas de personas saltaron sin descanso, proporcionando momentos muy entretenidos. «Terminamos sucios como siempre y gozando como nunca», sentenciaba otro camprovinés.