Arriba, la ribera en otoño de hace unos años; abajo, estado actual. E. G. M.
Baños de Río Tóbía

Vecinos y veraneantes denuncian el mal estado de la zona de baño del Najerilla

Debido a las restricciones de la Confederación Hidrográfica, no se ha podido actuar en la ribera este año y ahora está llena de zarzas y maleza

Martes, 13 de agosto 2024, 08:56

El municipio de Baños de Río Tobía dispone de una pequeña playa fluvial en la orilla del Najerilla, que va desde el paso de los carros hasta el puente, a lo largo de unos 300 metros. En el año 2011, ese espacio fue rehabilitado por ... el Ayuntamiento, que lo dejó con césped, bancos y muy fácil acceso para darse un chapuzón en el agua.

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No obstante, ha pasado el tiempo, y la naturaleza ha recuperado su sitio. El aspecto limpio y cuidado que presentaba antaño, se ha ido desluciendo. «El problema que tenemos es que la Confederación Hidrográfica del Ebro no nos deja actuar; en el último pleno municipal ya pusimos sobre la mesa esta cuestión y seguiremos insistiéndoles para que lo permitan», comenta Carlos Alesón, teniente de alcalde.

Hace algunos años, esa zona del Najerilla contaba con playa a los dos lados y nada de maleza que impidiera sumergirse desde el margen. Pero ahora, las hierbas silvestres impiden incluso ver el río desde la orilla. «El fin de semana vinimos con los críos a bajar con flotadores, y lo pasamos mal porque con tanta maleza no podíamos localizarles», asegura Ricardo Campo, natural de Baños de Río Tobía.

La sensación de que se está desaprovechando el espacio cunde entre los vecinos. Además del acceso al río, las malas hierbas también dificultan sentarse en los bancos del camino, y el césped está reseco. «Es la primera vez que bajo este verano y se ve que está mucho más descuidado que otros años», relata Maite, una bañista. «Incluso, creo que con tanta agua que han soltado de Mansilla, baja bastante fuerte la corriente y va dañando más y más la ribera», añade ella.

Lo que antes era una zona de baño muy popular en toda la comarca, ha ido perdiendo adeptos con el paso del tiempo. «Llevo décadas veraneando en Baños y cada vez veo menos gente aquí, esto se ha llenado de ortigas y la playa de arena de la otra orilla ya no existe, está el río abandonado», lamenta un bañista foráneo, que prefiere no identificarse.

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