El valle de Ocón vuelve a sus orígenes

Desde el año 2019 no se celebraba la fiesta de la molienda, declarada de Interés Turístico Regional. A las 11.00 abrieron los veinte puestos artesanos y a las 11.30 comenzaron las degustaciines ofrecidas por voluntarios de los seis pueblos de Ocón en un marco único como es el molino de viento harinero.

Hubo animación con música y danza, y, cada media hora, visitas guiadas al molino. A las 13.00 se llevaron a cabo las demostraciones de las labores del campo de antaño que incluyeron los trabajos de siega con las hoces, totalmente manual, agachando los riñones. Con vencejos ataron las haces del trigo y las cargaron en un burro. Después fueron a una explanada junto a la zina de las degustaciones donde se procedió a la trilla con un caballo y demás cometidos para separación del trigo y la paja. Numeroso publico presenció estas exhibiciones realizadas por los vecinos del valle durante una hora.

La fiesta no para y siguen las degustaciones de migas, brochetas, gulas, huevos con chorizo, pincho vegetal, zapatillas con jamón, preñaos, calamares con ali-oli, chorizo a la sidra, bacalao, champiñón, salmorejo, setas con jamón, entre otros productos. Cada ración con bebida, 2 euros.

La jornada se inició fresca, más bien fría y conforme avanzaba la mañana se hizo más agradable, con sol y un ligero viento.

En 2020 y 2021 esta fiesta se suspendió por la pandemia y en 2022 por el riesgo de incendios. Ahora se recupera con medidas preventivas y de seguridad. Se han dispuesto dos tractores con cisternas con un total de 4.000 litros de agua por si hubiese fuego. El helicóptero de medio ambiente también ha estado sobrevolando la zona.

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