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Desde hace unas semanas, los vecinos de Uruñuela se han ido encontrando con varias sorpresas para nada agradables en diferentes puntos del municipio: contenedores quemados a lo largo de toda la localidad, bancos rotos, papeleras y aparcabicis robados, jardines de vecinos dañados, incendios intencionados ( ... como el de pelusas, que se produjo el pasado 4 de mayo en el área recreativa de la ribera del Yalde y que quemó dos hectáreas) o, la gota que ha colmado el vaso, destrozos en el mirador de la localidad. «Estamos desbordados», aseguran desde el Ayuntamiento.
El último suceso ha tenido lugar esta misma semana, en el mirador. El lunes, un vecino del pueblo que pasaba por la zona se percató de que había dos cipreses serrados, así como el poste indicativo de una ruta de paseo. Cuando el alguacil de Uruñuela se acercó hasta allí para comprobar los daños, se encontró con que iba mucho más allá. «Había dos viguetas de la cúpula del mirador cortadas también, más la mesa que hay dentro cortada por la mitad», detalla Rubén Sáez, teniente de alcalde de la localidad, que incide en la peligrosidad que esto supone. «Viene una tormenta o un vendaval y la estructura se vence», lo que podría suponer una tragedia «si hay alguien allí en ese momento», advierte Sáez.
Otro de los destrozos que ha estado sufriendo el municipio ha sido, por ejemplo, la quema de contenedores, con al menos seis unidades dañadas, algunas de ellas muy cercanas a viviendas. A esto se suma el robo de la papelera del mirador, bancos rotos en el parque o en la pista deportiva o el incendio en la zona de las piscinas.
«Es vergonzoso lo que está pasando, llevamos contabilizados hasta catorce actos vandálicos», lamenta el primer teniente de alcalde, que añade que se intenta «que el pueblo esté cuidado y bonito y la gente va a hacer daño y a romper instalaciones. Estamos muy quemados».
La semana pasada, el parque infantil de la localidad tuvo que ser precintado debido a que se habían colocado puntas en la estructura de los columpios. Pero, en este caso, no se relacionó con el resto de actos de vandalismo ya que, como explica Rubén Sáez, «se trató de una niñería» que se solucionó rápidamente. «Hablamos tanto con los padres como con los niños y realmente entendieron y se dieron cuenta de que estaba mal. Habían colocado las puntas porque querían vender rosas», comenta Sáez.
Pero el resto de destrozos que, desde comienzos de abril, se están sucediendo en el pueblo no son para nada una chiquillada, sino que se trata de actuaciones «intencionadas» que han llevado al Consistorio a plantearse medidas, tanto acciones legales como de protección y vigilancia de todas las instalaciones municipales para tratar de evitar este tipo de situaciones.
Además, la Guardia Civil ya está trabajando en la investigación de todos estos sucesos, que el Ayuntamiento de Uruñuela ha denunciado.
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