Todos los pasos se encaminaban en la mañana de este domingo en Enciso hacia el frontón de Santa Bárbara. Una leve humareda y un aroma cada vez más apetitoso eran la brújula que siguieron cientos de personas de todas las edades y llegadas de distintos ... puntos de La Rioja, Soria, Navarra... Era el mapa para disfrutar de la gran degustación que ponía colofón a la Jornada de la Ternera Asada, que cumplía su vigésimo primera edición abriendo el calendario de actividades promocionales en el otoño a lo largo del valle del Alto Cidacos.
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Eran cientos de pasos que ascendían una de las laderas de Enciso para saborear uno de sus recursos económicos. Pasos como los enormes que dieron los dinosaurios que habitaron la zona hace 120 millones de años y que dejaron sus huellas impresas para convertirla en un tesoro patrimonial, con más de 1.400 icnitas en sus diversos yacimientos. Las puertas abiertas del parque de paleoaventura Barranco Perdido mostraron ese atractivo turístico y cultural a decenas de familias a través de retos y juegos.
Unas laderas que hoy recorren decenas de cabezas de ganado, uno de los motores de la economía local con ocho familias dedicadas al sector. Y unas explotaciones que, además de dar empleo y riqueza, aportan al mantenimiento del monte al retirar biomasa y garantizar equilibrio.
Con esa importancia, los vecinos celebraron este fin de semana la Jornada de la Ternera Asada, promovida por el Ayuntamiento junto a la Asociación de Amigos de Enciso con el apoyo del Gobierno de La Rioja y de la Ruta del Vino Rioja Oriental.
Antes de la degustación que le puso sabor, el fin de semana tuvo como novedad en la tarde del sábado un inicio cultural: una obra de teatro itinerante recorrió desde la plaza una referente riojana con el título 'María de la O Lejárraga: travesía de exilio, resiliencia y empoderamiento rural' a cargo de la Compañía Peloponeso y la Casa de Cultura abrió la exposición fotográfica 'El campo y sus personajes (1925-1967), promovida por el Gobierno de España. A la 01.00 horas del domingo los cocineros expertos de Elorrio iniciaban el asado de las dos terneras al carbón. Vuelta y vuelta y aliño y toda la noche sin dormir.
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La larga y cuidada labor llegaba a su conclusión al mediodía, cuando el frontón Santa Bárbara ya estaba lleno de gente. Comprar ticket, pasear por el mercado de productos artesanales, adquirir algo sabroso y ponerse a la fila... Con nubes cerradas que amenazaban lluvia, recibir una de las más de 800 raciones era preparar el paladar para saborear una de las riquezas de Enciso. Del Cidacos.
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