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Una parte del Alto Najerilla tiene problemas para poder disponer de pan del día todo el año. De las Siete Villas, tres tienen ahora suministro gracias al empeño del presidente de la Asociación Riojana de Fabricantes y Expendedores de Pan de La Rioja (ARFEPAN), Eduardo Villar, quien a través de su firma Horno Arguiñano, se está ocupando de servir este verano.
«Desde la asociación estamos llevando pan a los pueblos donde no quieren acudir los panaderos», relataba. La razón, según dejaba patente, son los elevados costes del combustible y la materia prima, que hacen que «los panaderos no quieran ir más que a sitios donde tienen venta».
Villar explica que se reunió con la alcaldesa de Viniegra de Arriba y el alcalde de Ventrosa, quienes le comentaron que «hasta allí no quería subir nadie con el pan» y añadió que «el problema principal no es ahora en verano, que hay más gente, sino luego en invierno cuando quedan muy pocos vecinos». Es por ello que se planteó una solución a tres bandas entre «los ayuntamientos, la asociación de panaderos y el Gobierno de La Rioja», pero, según aseguraba, es en este último «donde está atascado el asunto».
Villar considera que «la idea es que al Alto Najerilla se suministre el pan desde Baños de Río Tobía o desde Villoslada». Él hasta el momento, como presidente de la asociación de panaderos, está asumiendo el traslado del pan a Brieva, Ventrosa y Viniegra de Arriba, pero la idea es, que mediante la asociación y a través de algún convenio, se suministre el pan a esas zonas más alejadas.
Pero mientras una parte cree que el escollo al acuerdo está en el Ejecutivo, la directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico, Nuria Bazo, confirmaba que ya había quedado con el presidente de los panaderos hoy para seguir tratando el asunto, y aseguraba que «el Gobierno de La Rioja no está dispuesto a que se dé ninguna situación de desabastecimiento esencial en ningún pueblo, por pequeño que sea o por poca población que tenga».
En ese sentido, veía «factible el convenio a tres bandas que garantice el reparto de pan, al menos varios días a la semana», apuntando que también «puede haber soluciones más a largo plazo como pueden ser pequeños obradores locales que garanticen el pan en cada municipio, si hay tienda o bar, con pan precocido congelado y un horno».
Una manera de hacer que el viaje del panadero cada día fuese más rentable y por lo tanto más atractivo para el profesional que lo asumiese sería que abarcara a las siete localidades, pero existe un problema. En Canales de la Sierra, Villavelayo, Mansilla de la Sierra y Viniegra de Abajo cuentan con el servicio que les presta desde hace muchos años la panadería de Huerta de Arriba, de Burgos.
«Nosotros estamos bien así, desde hace muchos años nos traen el pan del día desde allí, lo mismo en verano que en invierno», aseguraba el alcalde de Mansilla, José Manuel Ballesteros, quien matizaba que «el panadero nos dijo que para el invierno a ver si no nos importaba que los lunes no viniera, para que pudiera descansar un día, y le dijimos que no importaba. Es que, además de los años que nos viene sirviendo, en invierno aunque nieve nos trae el pan con un todoterreno».
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David Fernández Lucas | Logroño
Carlos G. Fernández y Lidia Carvajal
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