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La imagen de San Andrés surge de la inmensa humareda de romero y grojo que cubrió por completo la calle Tomba de Arnedillo.

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La imagen de San Andrés surge de la inmensa humareda de romero y grojo que cubrió por completo la calle Tomba de Arnedillo. E. P.
Arnedillo

La tradición que vence a las pandemias

Después de suspenderla en 2020 y 2021, los vecinos de Arnedillo retoman la tradición de la Procesión del Humo, fiesta de interés turístico regional

Lunes, 28 de noviembre 2022, 01:00

Tres años después, los arnedillenses volvieron a hacer acopio de ramas de romero y grojo de sus preciados montes. Y en la mañana de este domingo las repartieron entre las calles del casco histórico, humedecidas en agua. Tres años después, volvían a celebrar la Procesión del Humo, su fiesta de interés turístico regional que rememora la victoria de la unión de la fe y la ciencia frente a la pandemia de la viruela negra que llenó de mortandad la villa del Cidacos desde octubre de 1888.

Otra pandemia, la del COVID-19, impidió su celebración en la festividad de San Andrés en los años 2020 y 2021. En ella, la apuesta por la ciencia condujo a la vacuna que ha aliviado nuestros días y nuestros hospitales. Y a poder volver a celebrar esta tradición que compartieron en el soleado pero frío mediodía de domingo arnedillenses y numerosos expectantes turistas.

«Ha sido muy triste no poder celebrar estos dos pasados años algo que vivimos con mucha intensidad. Y teníamos muchas ganas de que la gente disfrutase con nuestra tradición», sonreía nerviosa Mari Carmen López, de la cofradía de San Andrés, minutos antes de las 11.30. «Es un comenzar de nuevo -describía el alcalde Pedro A. Montalvo-. En estos dos años hemos perdido hijos del pueblo, de los que nos acordamos porque la vida sigue y es un día muy bonito en el que Arnedillo continúa con su tradición».

La Procesión recuerda la victoria de la fe y la ciencia sobre la viruela negra que asoló la villa en octubre de 1888

Al tañer de las campanas, los vecinos han avivado el fuego en el pórtico de la iglesia de San Servando y San Germán. Una columna de humo, decenas de cámaras fotográficas y móviles y cientos de personas han recibido a la imagen de San Andrés y a la procesión, encabezada por el obispo Santos Montoya.

Desde la plaza del Ayuntamiento, la procesión se ha adentrado por la calle del Medio en el angosto casco histórico de la villa. Cada hoguera escenificaba la unión de la ciencia y la naturaleza, de su poder curativo, con la fe. En su recta final, la calle Tomba era todo humo. Apenas se podía ver, respirar, avanzar. Lágrimas, toses... y sonrisas para los que revivían la tradición y para los que la celebraban por primera vez.

Cumplida la tradición en las calles, ha continuado en la iglesia con una misa presidida por el obispo y cantada por el Orfeón Arnedano Celso Díaz en la primera cita de su 50 aniversario. Por las vidrieras, los rayos de sol se enlazaban con el humo purificador.

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