La virtud, dicen, se encuentra en el punto medio. Un equilibrio razonable entre dos factores opuestos. Pero no siempre la fórmula es tan sencilla y la combinación de dos aspectos teóricamente incompatibles puede ofrecer un resultado sorprendente. En el campo, el cóctel de tradición e ... innovación parece sinónimo de éxito, y 'Huevocón' es un ejemplo de ello. Una granja de gallinas y ocas ponedoras de huevos camperos que apuesta por una filosofía moderna sustentada en la sabiduría del pasado. Un joven proyecto que fue reconocido en la segunda edición de los Premios del Campo en la categoría 'Innovación'.
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La tradición llega de la mano del concepto de negocio familiar, implicando a padres e hijos, arraigado a un pueblo autóctono, en una granja de gallinas libres y con una alimentación basada en buena parte en lo que sus tierras ofrecen. La innovación, en esa búsqueda de completar el círculo, de la producción a la comercialización, en sus huevos de oca, rara avis en nuestros mercados, en la venta a través de su página web y en la búsqueda de una calidad que distinga a sus huevos de otros convencionales.
'Huevocón' es producto de su tiempo. De una crisis económica que obligó a una familia a explorar nuevas opciones de futuro hasta encontrarlas en su propia casa. «Somos del valle de Ocón y era principal para nosotros hacer algo aquí. Teníamos el pabellón y estudiamos la manera de empezar a trabajar con algo que no supusiese una inversión inicial muy fuerte, porque no sabes como van a a ser los inicios», explica Mamen Carrillo. Comenzaron con 400 gallinas en el año 2015 y actualmente cuentan con el triple, algo que ilustra su proyección de futuro, pese a que los comienzos no fueron sencillos.
Sus gallinas salen al campo a las once de la mañana y no se retiran hasta el anochecer. «Teníamos claro que queríamos gallinas en libertad», apunta Carrillo. Ligada a esa idea surgió la opción de introducir ocas en su granja:«En la zona hay muchas rapaces y las ocas son muy territoriales. En cuanto ven algún peligro chillan y avisan a las gallinas para que se metan dentro». Las ocas producen sólo una treintena de huevos al año, por lo que es simplemente un añadido, aunque sin duda relevante, ya que es una de las pocas granjas españolas productoras de huevos de esta ave.
Otro de los aspectos principales en busca de ese sabor único es la alimentación de las gallinas. «Somos agricultores porque lo que parte de la dieta de las gallinas es el cereal y las hortalizas que nosotros mismos cultivamos», apunta Mamen Carrillo, que recalca que así se consigue «darle otro sabor al huevo». Parte importante de un trabajo cada vez más valorado. «Es algo en lo que creemos y de lo que queremos vivir. Esto sólo son los primeros pasos», concluye Carrillo.
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