Torrecilla saborea su lado más humanitario

Isabel lleva colaborando en la fiesta desde sus inicios y se mostraba «feliz» del destino de los fondos recaudados «porque se trata de gente muy necesitada». Por su parte, Mari Mar, Nines y Pili despacharon 200 raciones de 'gildas' en un abrir y cerrar de ojos, y después participaron en el flashmob en la plaza de la Constitución. Justo al lado de donde siete cocineros, comandados por Pepe, preparaban mil raciones de patatas con chorizo, con 600 kilos de patatas y 40 de chorizos, para la comida popular (a razón de tres euros por servicio) en una olla gigante que expandía por todo el municipio el olor inconfundible de Torrecilla: la leña de roble ardiendo. Todos ellos ataviados con una camiseta rioja con el lema 'Torrecilla solidaria' y el número 23 correspondiente a la edición del 2018.

Este año, la novedad estuvo en el campamento instalado por Rioja Medieval en la zona del rastrillo, que hizo las delicias de los más pequeños, asombrados por los escudos, las espadas y los cascos. Los niños todavía disfrutaron más con las exhibiciones de combate medieval en el frontón: «¿Vais a traer caballos?», «¿Da mucho calor eso?», en referencia a las armaduras. «¿Cuánto pesa lo que lleváis puesto?» Menos mal que no hacía calor: 30 kilos.

El alcalde, Sergio Martínez Astola, se mostró «encantado y orgulloso» de sus vecinos, a los que también acompañaron el presidente regional, José Ignacio Ceniceros, y la consejera Begoña Martínez Arregui.

Más degustaciones, toro de fuego, concierto, bingo y verbena pusieron el broche a la humanitaria jornada torrecillana.