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La artesana. Adriana Díaz Estefanía.:: albo
«Mi fin ha sido siempre unir cantería y arte para darles una utilidad»

«Mi fin ha sido siempre unir cantería y arte para darles una utilidad»

Adriana Díaz | Artesana cantera ·

'La dureza de la piedra sucumbe a su maestría para adoptar mil formas y dotarse de una vida'

Javier Albo

Santo Domingo

Jueves, 16 de enero 2020, 12:16

Adriana Díaz Estefanía sabe sacar a la piedra lo que esta lleva dentro. A su taller 'Cantería creativa', con sede en Ojacastro, llegan muchas y de él, con oficio, mimo y paciencia salen reconvertidas en objetos útiles, ya sea un monolito, una placa, un número para una casa, un plato... Un día, hace muchos años ya, dejó Logroño y se fue vivir al medio rural. Era lo que le gustaba y, además, en él era más fácil cumplir su sueño: hacer lo que le gusta... aunque tenga la dureza de una piedra.

-¿Cómo llegó a la cantería?

-Empecé a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios. Tenía muy claro que quería hacer escultura en piedra y restauración, pero aquí en España no hay estudios concretos de eso. Entonces estudié interiores, cerámica, fotografía... Muchas cosas. Después estuve aprendiendo en una escuela-taller en Haro para menores de 21 años. Tuve la suerte de que el cantero, José Ignacio, es alguien al que le gusta mucho el arte y mezclamos restauración, escultura... Disciplinas fuera del temario que había. Después, estuve aprendiendo y trabajando en el taller de Cantería de Santo Domingo de la Calzada.

«En cuanto veo una piedra, ya veo en tres dimensiones lo que le voy a hacer, directamente»

«Los cantos de río, los platos de Francis Paniego, han sido todo un reto personal como cantera»

-Y surge 'Cantería creativa'...

-Vi que la cantería tradicional no tenía futuro y empecé a investigar sobre muchos tipos de piedra. He trabajado mármol, granito, calizas... He sido muy autodidacta. Fue hace ocho años, más o menos, cuando empecé con 'Cantería creativa'. Pensé: Voy a darle un cambio al cantero tradicional y pintar las piedras para cosas útiles. Empecé llamándome 'Arte útil'. Mi fin ha sido siempre unir la cantería y el arte para que tengan una utilidad.

-¿Qué trabajos realiza?

-Desde cantería tradicional, tipo monolitos, escudos, placas, etc, hasta la cantería creativa, que es darle una vuelta a la piedra para meterla en todos los sectores: decoración, floristería, soportes para plantas, jaboneras, sujeta libros, para los cubiertos... Siempre que tenga un fin. En la hostelería hay una salida importante.

-¿Qué encargos tiene?

-Aunque no tengan mucho valor publicitario, para mí destacados son el vecino que viene y me pide que le haga un número para su casa; o una placa que me ha pedido Merche, la del bar de Ojacastro... También he realizado trabajos para hoteles y restaurantes, monolitos conmemorativos del centenario del puente de Santurde de Rioja, del Milenario de Santo Domingo de la Calzada, en Haro... Para mí es todo importante. Todos tienen el mismo esfuerzo y la misma recompensa.

-¿Hay mucho trabajo?

-No, hay que buscarse los cuartos.

-¿Qué es lo que hace falta para ponerse delante de una piedra y sacar de ella lo que se pretende?. Mucha paciencia seguro...

-Sobre todo, que te guste. A mí no me importa acabar el día llena de polvo. Para mí es muy fácil precisamente por eso, porque me gusta. En cuanto veo una piedra, ya veo en 3D lo que le voy a hacer, directamente (ríe). O un palo, porque tallo la madera también.

-¿Qué es lo más difícil de trabajar la piedra?

-Los cantos de río, los platos de Francis Paniego (ríe). Ha sido un reto personal como cantera, realmente, porque es una de las piedras más duras que hay, más que el mármol o el granito. Luego está el 'handicap' también de que nunca sabes qué es lo va a haber dentro de la piedra: puedes estar dos horas trabajando con una, llegas a una veta y ves que no te vale porque tiene un agujero.

-Cada piedra pide como tallarla...

-Sí, cada una tiene sus características, su forma de trabajarla y también su belleza, que te pide una cosa u otra. Yo utilizo las piedras de la zona, del valle del Oja, o del lugar del encargo. Me gusta darle el segundo apellido a la zona. «Te voy a trabajar sí, pero con las piedras que tú tienes». Hay que aprovechar los recursos que tienes al lado. El 'Kilómetro 0' del que ahora se habla tanto.

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