Arnedillo

Tesoros escondidos de nuestros bosques

Ventosa, fresca de chaqueta y soleada. Y, claro, otoñal. La mañana del domingo se presentó como ideal para conocer los tesoros que guardan los bosques y montes riojanos en esta época. Convirtió las XXXI Jornadas Micológicas de Arnedillo en el plan perfecto para cientos de personas que se acercaron durante toda la mañana al frontón municipal de la villa del Alto Cidacos.

Próximo a las aguas termales que tanta fama dan a la villa, las puertas abiertas de par en par del frontón conducían a quienes las cruzaban hacia un pasillo ante una larga mesa paralela a la grada. En ella se presentaban y mostraban 270 ejemplares de setas y hongos recogidos en los montes de la zona, otros traídos de territorios vascos, navarros...

Buena parte de lo que se mostró se recogió en la mañana anterior. Como es tradicional, el primer episodio de las Jornadas fue la salida al campo a buscar y recoger setas y hongos. Medio centenar de personas llenaron un autobús y otro buen puñado les acompañó en diez coches en la salida al monte desde primera hora del sábado para buscar setas y hongos bajo la mirada y la guía de micólogos expertos. Participaron vecinos de la villa y de la comarca, pero también aficionados fieles a la cita llegados desde Zaragoza, de la ribera navarra, del País Vasco, de distintos puntos de La Rioja...

La tarde del sábado fue para organizarlas, clasificarlas y ponerles nombres y apellidos en el frontón nuevo, donde este domingo iban a ser protagonistas de la exposición. Además, el centro cultural San José acogió una conferencia para alimentar más la cultura micológica bajo el título 'Vamos a por champis'.

Ya en el soleado domingo, cientos de personas desfilaron ante los 270 ejemplares diferentes. Los miraron, fotografiaron, estudiaron, olieron... Al otro lado de la mesa, Josué Rodríguez atendía con conocimiento experto, con atención desmesurada y con la misma pasión de la que siempre ha hecho gala su familia a las preguntas de todos los interesados. Detalles, puntualizaciones, curiosidades... Un diálogo con él enriquecía el paseo ante los tesoros de nuestros bosques. Además, para dar todavía más valor a la exposición, Rodríguez aportó decenas de ejemplares de setas recogidas durante la última semana en parajes que recorre de Navarra y País Vasco.

«Hace 31 años, la micología era una auténtica desconocida. Empezamos a dar a conocerla y, hoy que hay muchas jornadas micológicas en muchos sitios, es un orgullo para nuestro pueblo seguir haciéndolas y compartiéndolas», valoraba el alcalde arnedillense, Pedro A. Montalvo.

Tras recorrer la mesa, el circuito interno del frontón invitaba al público a conocer lo que ofrecían los puestos del mercado artesano. Miel, repostería, golmajería, embutidos, decoración, artesanía, dulces, encurtidos, libros, ropa y complementos pensando en otoño y mucho en invierno... Las bolsas se iban llenando.

El último destino de la visita a las Jornadas era la degustación solidaria, un año más preparada, ofrecida y a favor de Ayuda en Acción. Tocaba llevar al estómago lo admirado con la vista. Un equipo enorme de voluntarias troceó 75 barquillas de setas para preparar revuelto, migas e incluso risotto. Mientras lo saboreaban, la ronda El Emboque animaba el mediodía con canciones tradicionales. Y esta degustación era una invitación a continuar con las propuestas de menús y pinchos inspirados en setas y hongos de la hostelería local.

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