Senderismo. Treinta y tres aventuras en La Rioja Alta

«Yo soy un maniático de estas cosas –reconocía Vozmediano, fundador de la asociación–, siempre me hago fichas de las salidas que hacemos, y teníamos mucha información de los montes de los alrededores».

Reconoce que era algo que tenía en mente, pero de no ser por el empuje de Javier Armendáriz, habría esperado unos años más.

Porque la recopilación de las 33 rutas no ha sido sencilla. A pesar de haber recorrido muchas más, de dentro y fuera de los límites nacionales también, tuvieron que delimitar su ámbito porque decidieron volver a recorrerlas todas y volver a tomar tiempos. «Teníamos que asegurarnos de que todos los caminos seguían transitables –explicaba–. Algunos han podido desaparecer por falta de uso, antes había mucha ganadería, pero ahora no hay, y caminos antiguos se van perdiendo. Y, además, otras indicaciones podrían resultar confusas si hubiesen sido surcadas por pistas forestales».

La selección de las rutas ha sido delimitada por los Montes Obarenes hasta Ábalos, desde las Conchas de Haro hasta el Puerto de la Herrera. Han incluido la Sierra de la Demanda, el Valle de Tobía, el de San Millán y algo de la zona de Anguiano.

Un año y medio, en total, les ha costado recorrer todos los senderos, hasta completar una guía que no se reduce a la señalización a través de mapas, sino que acerca al lector al recorrido de forma muy cercana y familiar. Con comentarios útiles que se alejan de los tecnicismos de una audiencia más profesional.

«Nos hemos puesto en el lugar de las personas que no conocen nada de la zona, que cualquiera que venga de fuera pueda realizarlas, por lo que hemos puesto mucho interés en que fuera lo más detallada posible. Pueden tener los mapas, pero los tiempos, los cruces de caminos, cualquier cosa que haya en el mapa que se pueda reconocer al ver la ruta. Hemos sido bastante estrictos en eso».

Por este motivo también, la guía cuenta con un índice de códigos QR, para poder moverse con GPS o localizadores. Los códigos de cada ruta se pueden descargar con cualquier aplicación como la del Instituto Geográfico, que es gratuita. «Hemos puesto todas las facilidades posibles para que esté dedicado a la gente que no tiene todos los conocimientos de la montaña».

Y para las personas que quieran finalizar rutas sencillas, Vozmediano recomienda las del entorno de los Obarenes, las tres primeras que aparecen en la guía, aunque su favorita es la de Peña Jembres, que ilustra la portada de la guía. Sus estaciones preferidas para llevar a cabo las rutas son la primavera y el otoño, aunque recomienda realizar las más próximas a Haro y su viñedo en la última.

El coautor de la publicación reconoce que entre los socios no ha habido quejas, más bien felicitaciones. Y es que el libro ha sido financiado completamente por el club, con los únicos costes de tasas e imprenta. Ha sido realizado íntegramente por los dos socios de AD Toloño, sin intervención de editores, maquetistas, etc. y han cedido al club todos los derechos de explotación.

Si algo destaca entre los sentimientos generados por su publicación es el agradecimiento: «Ha tenido una enorme acogida entre todos, no nos lo esperábamos, gracias a las personas que han colaborado, a las que nos han ofrecido alguna fotografía y a la AD Toloño, que asumió este proyecto».

La guía se puede adquirir a través de su web, en las librerías jarreras Copisol, Garabato y la copistería Bañares, en la administración de loterías La Herradura y en el estanco de La Ventilla.

La Asociación Deportiva Toloño de Haro cumple 30 años reuniendo aficionados a la naturaleza. Por ella han pasado más de 1.000 socios y en la actualidad cuenta con 384. Aunque la media de edad ronda los 50, su presidente, José María Martínez, indica que uno de sus objetivos es que se apunte gente más joven.

Sus inicios estuvieron ligados al club de montaña Bilibio de Haro, que finalmente se dividió. «Desde la asociación organizamos todo tipo de actividades relacionadas con la naturaleza –comentaba Martínez–, bicicleta de montaña, senderismo, montañismo, escalada, barranquismo, espeleología».

Desde la aparición del COVID la asociación no ha organizado actividades, «pero esperamos volver pronto, en cuanto las autoridades nos dejen», auguraba su presidente.

Antes de la pandemia, la asociación organizaba dos salidas al mes, en fines de semana alternos. Además del tradicional viaje a los Pirineos –que abarca un fin de semana entero– y otro a los Picos de Europa. Pero el cien por cien de las salidas no es asequible para todos: «Intentamos que los recorridos sean para todo el mundo, pero hay diferentes niveles de dificultad. Cada uno sabe a cuál puede ir», explicaba. Durante los últimos treinta años figuran también localizaciones como el Kilimanjaro, el Atlas de Marruecos, el Aconcagua o los Alpes, etc.