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Isaac Palacios Metola es un calceatense de nacimiento, 'fajolo' de corazón (de Bañares), e hijo adoptivo de Santurde de Rioja por obra y gracia de su mujer, localidad esta última de la que fue alcalde ocho años. Hombre inquieto donde los haya, el tiempo libre ... de su jubilación y el afán por aprender fueron la mecha que hace un par de años, tras hablarlo con otras personas del pueblo, hicieron prender la idea de catalogar todas las fuentes y manantiales del término municipal. «Nos dimos cuenta de que si no se hacía ahora, dentro de unos años sería imposible ya que las personas que las conocen son pocas y mayores», explica.
El resultado de esa investigación puede verse ya en un libro de reciente publicación, titulado 'Fuentes históricas de Santurde de Rioja', elaborado por él y participado, en cuanto a conocimientos, por otras personas conocedoras del monte y del 'pago', como llaman los lugareños a las tierras que se labran cerca del Oja, por los que se reparten todas las fuentes. Los colaboradores que han hecho posible este trabajo son el aparejador municipal, Roberto García; Narciso Cámara, «sabio» de montes; los agricultores Jesús Sierra y Jesús Jiménez; José Antonio Montoya; el historiador local Alfredo Montoya, y el alcalde y ganadero, Raúl Espinosa. El Ayuntamiento ha patrocinado la edición del libro.
Este, en sus 63 páginas, recoge una treintena de fuentes, además de media docena de canales y una enumeración de los pozos de propiedad municipal o privada existentes en la localidad.
No ha sido un trabajo fácil. «Una vez descritas las fuentes llegó el trabajo de campo: localizar el lugar exacto donde estaban dichas fuentes, algunas de las cuales ya no tienen agua como consecuencia del abandono y entiendo que, sobre todo, desde que se plantaron pinos que absorben toda la humedad del suelo», indica Isaac, que plasmó esta parte en su libro, junto con las coordenadas, una fotografía actual y un breve texto sobre el paraje en el que se encuentran. Completa la información con un pequeño recuadro de su localización en el mapa Sigpac.
En el libro también se recoge una breve historia de los canales existentes, algunos desde el siglo XVIII, y de los pozos de agua potable que hay en el pueblo para el servicio de los vecinos, ya que no fue hasta el año 1976 cuando llegó el agua corriente a la localidad. Este dato subraya la importancia que hasta entonces tuvieron todas estas fuentes y manantiales, no solo para la labranza o ganadería –de cuya importancia da fe en el prólogo–, sino para el consumo humano.
«El agua ha sido en Santurde de Rioja el mayor sostenimiento de su economía y por ende de sus gentes, que han luchado siempre por disponer de la mayor cantidad posible con el fin de poder regar sus fincas, prados, choperas, frutales, huertas y también para el consumo de vecinos y ganaderías», subraya Palacios. Para ilustrar esta aseveración se hace eco de lo recogido por Pascual Madoz en su 'Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar', en el que cita que la localidad tenía en 1840 nada menos que 39 labradores, 19 jornaleros, 9 criados y 6 pastores.
La situación dio un cambio drástico entre los años 40 y 60 del pasado siglo, cuando –indica Palacios– los jóvenes se fueron marchando a las capitales para trabajar en las fábricas, huyendo de la pobreza y falta de trabajo existente en los pueblos. Se fueron abandonando los pastizales y toda la tierra que se labraba en las faldas de los montes, dejando solo como tierra cultivable el 'pago', las tierras bajas, que, además, con los nuevos canales de riego se podían regar todos los años, incluso en verano».
Así las cosas, 'Fuentes históricas de Santurde de Rioja' pretende, en palabras de su autor, «recordar dichas fuentes, antes de la desaparición de las personas que han «vivido» de ellas, y darles un merecido homenaje de gratitud por los servicios que prestaron hace años al pueblo». Y también –añade– «dejar constancia del sacrificio que han sufrido dichas fuentes por el «progreso», que las ha dejado fuera de uso».
Toda la documentación recopilada fue remitida a la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de La Rioja, que la ha incluido en su página, y también a Jorge Matey, ingeniero de Montes, que le servirá para un mapa que está realizando de la toponimia de Santurde de Rioja. Sobre todo, queda para el futuro, como un testimonio de otras formas de vida en las que el agua seguía siendo igual de vital que ahora, pero llegaba de otras formas.
El libro hace alusión al pleito que mantuvieron Santo Domingo de la Calzada y Santurde, sobre el aprovechamiento de los ríos Molinar y Oja. Del primero de ellos explica Isaac Palacios que era un afluente artificial, que se surtía de las extracciones de agua del segundo. El plano que acompaña estas líneas refleja el acuerdo alcanzado en 1776. El documento, procedente del archivo de la Real Chancillería de Valladolid, resulta de gran interés por la información que da. En él se detalla la localización de las sacas autorizadas para poder regar las fincas de la cuenca del Oja y llevar el agua al Molinar. Entre otras cuestiones, también señaliza los mojones de ambas jurisdicciones.
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