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El alto valle del Oja está lleno de rincones pintorescos que, ahora, con la efervescente primavera, lucen más que nunca. El momento y el marco han sido aprovechados para celebrar el III Encuentro internacional de acuarelistas de La Rioja, que desde ayer reúne a una ... docena de artistas. El banderazo de salida se dio en Santurde de Rioja, hoy pintarán en Santurdejo y, en los días sucesivos, en Ojacastro, Valgañón y Ezcaray. De 10 a 14 y de 16 a 18 horas plasmarán con esta complicada técnica los rincones que cada uno de ellos elija y, al término de la jornada de trabajo, expondrán sus cuadros en los lugares que cada Ayuntamiento haya designado, de 18 a 20 horas.
Vienen de diversos lugares de España. Son José Ignacio Amelivia, Nicolás Angulo, Beatriz Aparicio, José Antonio Espinosa de los Monteros, Sonia García, Natxo González, Mari Mar González, Camilo Huéscar, Juan Luis Pérez, Ana Roldán, Carmen Sánchez y el jarrero José Uriszar.
Este último es el promotor del encuentro, subvencionado por el Gobierno de La Rioja, que en anteriores ediciones ha pasado por los valles del Iregua y el Najerilla. Su objetivo –explica Uriszar–, es «compartir experiencias, aprender y, sobre todo, traer este arte, que solo se ve en las grandes ciudades, para acercarlo al entorno rural y que la gente de los pueblos pueda ver in situ cómo trabajamos».
Cuenta este que en La Rioja no existe una asociación de acuarelistas y que son muy pocos. «La acuarela es una pintura poco valorada, económicamente, y, sin embargo es la más difícil. Es la más rápida, pero es un proceso muy mental. Tienes que pintarlo todo previamente, tenerlo en la cabeza antes de plasmar en el papel un simple trazo». Dice que, al contrario que otras técnicas, en esta «es el papel el que te da la luz y, a través de transparencias, tienes que ir consiguiendo la profundidad y los volúmenes».
La jornada es también convivencia, enfocada, como queda dicho, al aprendizaje. «Como en todo, también aquí cada maestrillo tiene su librillo, sus técnicas propias o aprendidas. Te ahorra mucho tiempo ver cómo alguien hace algo a lo que tú has estado dándole vueltas y no consigues sacarlo, porque, aunque todos trabajamos básicamente con lo mismo cada uno tenemos una paleta de colores muy personal». En ello están: trasvasando al papel la belleza del valle del Oja.
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