Santo Domingo traslada sus tradicionales actos del 1 de mayo a balcones y ventanas

Pedro Vitoria hubiera iniciado a las cinco de la madrugada de hoy viernes su año 28 dando las 'vueltas del Santo', una tradición que rememora los paseos que Domingo García daba, antaño, por el frondoso bosque, en busca de peregrinos o pobres extraviados a los que auxiliar. Este calceatense es, como lo fue su bisabuelo Nemesio Lacalle o su padre Emilio Vitoria, eslabón de una cadena que este año se ha roto por culpa del COVID-19, aunque no del todo. «Estos días voy a dar las 'vueltas' desde el balcón de mi casa, las grabaré y se lo enviaré al Ayuntamiento para que todos puedan seguir las tradiciones locales en la medida que se pueda», indica el protagonista de esta costumbre, con la que la ciudad inicia cada año su tiempo de descuento hacia las fiestas del Santo, el 10.

Hoy, el acto principal hubiera sido el reparto del Pan del Santo –molletes duros y dorados con la efigie del patrón grabada en ellos–, que las doncellas del año hubieran llevado, en su primer desempeño como tales, por todos los domicilios de la ciudad y, también, a Cirueña, Ciriñuela, Manzanares de Rioja, Morales, Corporales, Gallinero de Rioja y Viloria de Rioja. La cofradía del Santo dispone ya de 5.000 panes que había mandado hacer, que se repartirán cuando se pueda y determine. El pregón de fiestas y el inicio de la novena hubieran completado las citas de este viernes. Todo queda en el tintero, con los actos relegados a balcones y ventanas, que están dando mucho de sí.

Los priores, Óscar San Román y María Milagros Luzuriaga, confesaron ayer que «tenemos un sentimiento de tristeza por no poder repartir el Pan del Santo este año, pero a la vez de alegría porque el mes de mayo va a suponer la mejoría de la situación sanitaria de la ciudad de Santo Domingo».