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Mil años después, Domingo García volvió a su pueblo natal, a Viloria de Rioja. La tradición oral es un hecho comunicativo fiable y, por eso, en esta pequeña localidad de la llamada 'Riojilla burgalesa', que pertenece a Castilla y León pero lleva en su nombre el recuerdo de otros tiempos, no hay resquicio para la duda. «Nació aquí», sentencia cualquiera a quien se le pregunte. Para más señas le dirán que en una casa, cerca de la iglesia, que actualmente es un montón de escombros que aguardan tiempos más dignos; volver a ponerse en pie y honrar, nada menos, que a uno de los hombres que, santidad y milagros aparte, realizó terrenalmente una gran obra caritativa y en favor de los peregrinos. «Santo Domingo merece mucho más que unas ruinas», tiene que recordar una pancarta. Y, aunque no lo pregunten, se lo dirán: fue bautizado en la pila románica que se conserva en la iglesia, otra de las 'joyas de la corona' local.
La historia de Viloria de Rioja, que es larga y se escribe en el día a día de un Camino que insufla oxígeno y futuro al pueblo con cada peregrino que atraviesa su pequeño pero coqueto casco urbano, añadió ayer algunas líneas más: enmarcada bajo un techo celeste moteado de nubes que dio más lustre, si cabe, a un día de por sí especial, la localidad recibió las reliquias de su patrón, contenidas en el arca que diseñó con tal fin el artista esloveno Marko Rupnik.
Poco antes del mediodía, con la expectación propia del momento, mezclados vilorianos y calceatenses como un solo pueblo -los lazos son muy estrechos-, tuvo lugar a la entrada de la localidad el encuentro entre los restos y la imagen del Santo. De allí todos se dirigieron a la iglesia para la eucaristía, que fue cantada por la coral Santísima Trinidad. El templo, por cierto, ilustra los décimos de la Lotería Nacional del próximo jueves, 9.
A la misa siguió la procesión, con danzadores. Entre ellos -niños, jóvenes y adultos; hombres y mujeres, la representación de todo el pueblo- se encontraba, como siempre fiel a su cita, el alcalde José Ignacio San Román. También su hermano, Óscar San Román, que el próximo 13 de mayo tomará posesión, junto a su mujer María Milagros Luzuriaga, como priores de la calceatense cofradía del Santo. Los actuales, Jesús Martínez y Dolores Sánchez, también se trasladaron a Viloria, junto al resto de los cofrades, para vivir otra jornada importante dentro de la celebración del Milenario del nacimiento del Santo, que no ha hecho más que comenzar. Un aperitivo y la despedida de los restos pusieron fin al programa.
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