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El cauce del río Oja a su paso por Santo Domingo de la Calzada se muestra totalmente seco, salvo algo de agua junto al puente del Santo. Javier Albo
A Santo Domingo se le escapa el agua

A Santo Domingo se le escapa el agua

Agricultores locales perciben un descenso preocupante del nivel del acuífero y abogan por buscar una solución que asegure el abastecimiento

Javier Albo

Santo Domingo

Domingo, 13 de diciembre 2020, 12:43

Uno de los datos ofrecidos en el marco de la jornada didáctica 'Geolodía', celebrada en Santo Domingo de la Calzada en el 2018, es que el acuífero del Oja almacena unos 170 hectómetros cúbicos de agua

Sin embargo, hay agricultores que salen al paso de ese dato, porque visto así pudiera parecer que el agua sobra, pero ellos perciben otra cosa bien distinta. Ya lo hizo hace dos años la comunidad de regantes y vuelven a insistir en ello algunos avezados labradores. «Ninguno de nosotros tenemos estudios y menos de Geología, pero conocemos bastante bien la profundidad de la capa freática o arcillosa en Santurde de Rioja, Santo Domingo, Bañares y Villalobar de Rioja», indica Juan Bravo, representante de la comunidad de regantes comarcal, en fase de constitución, a quien acompaña Ángel Navarro, con gran experiencia en pozos.

No pretenden discutir el dato de los 170 hectómetros cúbicos –dicen– pero desearían que se midiera su capacidad y descenso de nivel, a finales de agosto o principios de septiembre. «Vamos viendo como estos últimos años, de forma cada vez más acentuada, baja su nivel en Santo Domingo (ciudad) de 2 a 3 metros; en el paraje de Las Abejas de 5 a 6 metros y en Las Regaderas o Los Enales de 6 a 8 metros», dicen. Y añaden: «Muchísimos pozos, en cantidad de zonas, se quedan con tan poco caudal que son inservibles para el riego».

«En los cinco meses que más hace falta el agua es cuando escasea o no se tiene», afirma Juan Bravo, experimentado labrador

Opina Bravo que no siendo el acuífero una balsa y no tener compuertas de regulación, a lo que suma un desnivel de unos 255 metros entre Santurde y Haro, el agua se escapa hacia abajo. «La consecuencia es que en los cinco meses que más hace falta el agua es cuando escasea o no se tiene», lamenta antes de ilustrar la situación. «A Santo Domingo le falta el agua potable que nunca le faltó; no se pueden sembrar cultivos tardíos en buena parte de Bañares, Villalobar, Santo Domingo o Santurde, y, una gran parte de los que se siembran es sacando el agua de dos o tres pozos, o galerías, y, muchas veces, llevándola con tubos a 500, 1.000 e incluso 2.000 metros».

Y se preguntan: «¿Dónde están los 170 hectómetros cúbicos del acuífero...?». Frente a ello creen que hay que hay que ir pensando en buscar una solución para garantizar el agua todo el año, para todas las necesidades. «Eso sí sería crear trabajo y riqueza en la comarca, derivando en infraestructuras agroalimentarias y llenando un poco la España vacía», afirman.

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