Se acabó. El entierro de la cuba por la peña El Salero despidió anoche las fiestas del Santo 2018. El 'Pobre de mí...' volvió a sonar con su fusión tragicómica como colofón a seis grandes días de tradiciones y diversión, en los que lo más importante ha sido la falta absoluta de incidencias reseñables, la convivencia y la alegría como nexo común entre vecinos y visitantes que han compartido espacio y tiempo.
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Como siempre, San Isidro centró el apartado religioso de la última jornada, en una mañana de calles de sol y sombra, que empezó con el acompañamiento al prior, Óscar Criales, desde su domicilio hasta la catedral, para la misa. Tras ella tuvo lugar una animada procesión en la que tomaron parte un grupo de niños ataviados con trajes regionales que portaban productos de la tierra que tantos agricultores ha dado y que actualmente, tras un invierno y parte de la actual primavera muy húmedos, está verde a rabiar, a la espera de que el sol madure buenas cosechas.
Una vez terminada la procesión, en la que no faltaron gaiteros y danzadores, autoridades, cofradías y banda municipal de música, todos se dirigieron a la casa de la cofradía del Santo, donde la entidad advocada al patrón de los agricultores ofreció un vino de Rioja con el que, prácticamente, el programa se adentró en la tarde. Ayer, como otros años, se escucharon voces que abogaban por un adelanto del horario de la misa, programada a la una de la tarde.
El programa aún deparó otros actos, como un parque infantil en la plaza de España, con atracciones hinchables y pista de coches a pedales; un espectáculo de jotas aragonesas en el Teatro Avenida, y, posteriormente, el reparto de moscatel y pastas por el Ayuntamiento, que llevó una gran ambientación al paseo del Espolón. Como ocurre siempre, se formaron largas filas que desembocaban en las mesas en las que los concejales materializaban el reparto, si bien éste se imprimió de bastante celeridad. La peña El Salero se encargó de amenizarlo musicalmente, en lo que fueron sus penúltimas notas del programa festivo.
Y ahora, las romerías
Y con esto y un bizcocho... hasta el domingo a las 12 horas. A esta hora será la misa de la primera romería tras las fiestas, en Gallinero de Rioja. Se completarán los actos con procesión, invitación a chorizo, pan y vino por la localidad anfitriona, y danzas. La semana que viene habrá otras dos, ambas a la ermita de Las Abejas: el martes, la que organiza la cofradía de San Isidro, con misa a las 13 horas, procesión, aperitivo, comida popular y Rosario. El domingo 27 tendrá lugar la más popular, en la que el Ayuntamiento servirá lentejas con oreja de lechón. Después vendrán la de San Juan de Ortega, Viloria de Rioja y, el 13 de octubre, la de la romería a la ermita de la Mesa del Santo. Como dicen por ahí, «todo el día de fiesta...».
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