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Restos de materiales hallados en el término municipal calceatense. L.R.
La rica historia oculta de Santo Domingo

La rica historia oculta de Santo Domingo

Un estudio realizado por dos arqueólogas confirma que hubo núcleos en el término durante la Edad Antigua

Javier Albo

Santo Domingo

Sábado, 19 de febrero 2022, 01:00

Las arqueólogas Isabel García Sarmiento y Patricia A. Argüelles Álvarez presentaron, en unas jornadas celebradas en Vitoria en el año 2014, recogidas después en la revista Arkeogazte, las conclusiones de un estudio prospectivo y de gabinete que realizaron en el término de Santo Domingo de la Calzada, en las zonas de La Mesa Irión, donde existió un poblado prerromano; en Las Regaderas, donde confirmaron la existencia de un antiguo alfar romano, y en Sansoto, donde hallaron restos de materiales romano-medievales.

Ya se habían realizado prospecciones previamente y existen unas cartas arqueológicas de estas zonas, que consultaron, como también el trabajo 'El alfar romano de Sansoto', que les fue de importante referencia.

Su estudio les sirvió para constatar que, al contrario de la Edad Media, para el caso de la Edad Antigua en Santo Domingo de la Calzada «existe un vacío en la investigación de los últimos 15 años». También llegaron a la conclusión de que el patrimonio 'oculto' de Santo Domingo de la Calzada «es muy rico» y, al mismo tiempo, observaron «un vacío» en el aspecto divulgativo. «El pueblo desconoce su existencia y ello favorece la falta de conservación cuando, casualmente, se halla alguna pieza, y favorece la invención de historias que forman parte de su folclore», indican.

Su propuesta, que reconocen fue menos ambiciosa que los resultados obtenidos posteriormente, pretendía ahondar en la tradición oral y lo que los lugareños contaban del hallazgo de piezas antiguas en el entorno de la ciudad calceatense: materiales cerámicos, huesos...

Sabían que en la prospección de 2002, en Las Regaderas y Sansoto, se recuperaron moldes, cerámica común, indígena, terra sigillata, terra sigillata tardía y cerámica vidriada. Vieron que en la zona de Las Abejas se habían documentado materiales de construcción especialmente medievales, aunque también algún latericio, y que en la Mesa de Irión se catalogaba un poblado del que daban fe piezas de sílex, de almacenaje celtibérico y cerámica común romana y medieval.

Santo Domingo de la Calzada –hacen ver en su estudio– estaba rodeado por importantes enclaves romanos, que se vertebraron a través de la calzada que provenía desde Italia. El itinerario de Antonino tenía su punto más cercano por San Torcuato y Bañares –el 'Camino de los romanos'–, y también en Villalobar.

Una vez realizadas las pertinentes prospecciones en todas las zonas estudiaron los materiales encontrados. De La Mesa de Irión destacan el hallazgo de restos de molinos de piedra, muy deteriorados. «Anteriormente a nuestro estudio, nos comentan fuentes locales que son muchos los molinos hallados y que directamente se llevaban a casa como recuerdo o eran tirados fuera de la finca para poder seguir con las labores agrícolas». También hallaron restos muy fragmentados de distintas épocas, desde cerámicas celtibéricas hasta medievales.

En Las Regaderas dieron con un resto que les llamó mucho la atención, a falta de un estudio cronológico, que podría tratarse de algún tipo de sujeción para una vela o similar por la forma y el agujero que presenta en su parte central. En esta zona observaron «gran cantidad de restos cerámicos, lo que junto con la carta arqueológica nos deja claro que se trata de un alfar romano que por su cercanía abastecía, probablemente, a la ciudad de Libia, entre otras», explican. En esta área documentaron 34 piezas sigillatas, un molde, cerámicas comunes, materiales constructivos y una fusayola. Uno de los fragmentos más llamativos es un sector de molino con decoración en su interior.

En las prospecciones en Sansoto, por otro lado, encontraron gran cantidad de material constructivo de época medieval y escasos restos cerámicos, mientras que en la zona de Las Abejas documentaron restos constructivos, latericios romanos, y en mayor medida material medieval.

«Creemos que esta zona de Las Regaderas y sus anexos de Sansoto y Las Abejas constituirían un alfar que abastecería, junto con el de Tricio en Nájera, el conjunto de alfares de Calahorra (el de La Maja, Valroyo, casco de Calahorra, La Torrecilla, Cantarrayuela y Piedra Hincada), el de La Miralbuena en Murillo de Leza, y los dos de La Portalada en Varea, a la ciudad de Libia y otros territorios de Hispania», indican de su estudio, que proponían completar con catas en algunas zonas.

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