Muchos piensan que Santo Domingo de la Calzada debiera ser una ciudad a estudiar. Sus bajos datos de casos activos –10 ayer, entre los más altos en los últimos meses–, contrastan con la pesadilla que vivieron los calceatenses en la primavera del 2020, cuando ... la pandemia se estrenaba en sociedad y atacaba con dureza al bastión jacobeo. Las noticias solo eran malas o muy malas, con varios fallecimientos cada día que elevaron el índice de mortalidad al dudoso honor de ser uno de los más altos de Europa.
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Lo supo bien Laura Villaverde, desde el 'cuartel general' de un centro de salud del que era su coordinadora –hoy es médico en Castañares de Rioja y otros pueblos– donde desembocaban todos los casos y se tenía una visión global de la situación. «Fue horroroso por la cantidad de ingresos, casos, cuatro y cinco muertes diarias. Eso no hay persona que lo asuma», recuerda. No se sabe cuántas personas pudieron infectarse, dado que no se hacían pruebas a todos. «Quédese en casa», escuchaban muchas personas que llamaban con síntomas. Pero fueron muchas, bien lo saben en la ciudad, en la que se calcula que pudieron morir en torno al medio centenar de personas por COVID.
Ahora, la situación es «sorprendentemente tranquila», indica la facultativa, algo a lo que tanto ella como otros compañeros con los que ha hablado dan una posible respuesta. «Si se hiciesen test de anticuerpos a la población en general veríamos que, probablemente, haya una inmunidad de grupo. Ya lo pensábamos antes de la segunda ola. Están saliendo muy pocos casos y, de los que hay, muchos son por contacto con personas que no viven en la ciudad».
David Mena | Alcalde de Santo Domingo
Laura Villaverde | Médico
Carlos Barrón | Concejal de Salud
Mari Ángeles Esteban | Residente en la ciudad
Entre el vecindario, muchos son de la misma opinión. «Probablemente, ante la incidencia disparada que tuvimos en la primera ola, muchos pudimos haber sido positivos sin saberlo, y sin saberlo a día de hoy porque no se han hecho cribados masivos. Por eso, creo que tenemos inmunidad de rebaño, además de que el grueso de la población está muy concienciada», indica Mari Ángeles Esteban. Marian Urraca opina, igualmente, que «puede que una gran parte de la población se contagiara y se creara la inmunidad de rebaño. Es decir, que muchos generaran anticuerpos, estén protegidos y que ya no queden tantos susceptibles de contagiarse».
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La incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes se situaba ayer en 192.37, la segunda más baja de La Rioja entre las poblaciones de más de mil habitantes, solo mejorada por Cervera. El alcalde, David Mena, desconoce las causas, pero opina que «la concienciación, tras el azote de la primera ola tan dura en la ciudad, ha derivado luego en una responsabilidad aún mayor». No obstante, el primer edil tampoco descarta «la influencia de algún posible efecto inmune derivado de la primera ola, pero yo destacaría, sobre todo, el compromiso responsable de los calceatenses».
Mena invita a no relajarse, conocido el enemigo, y a «no bajar la guardia». Y añade: «Estos datos no tienen que ser ningún consuelo. Debemos estar más que precavidos y seguir siendo responsables y rigurosos, ya que la situación puede cambiar de un día para otro y que se disparen los contagios rápidamente por confiarnos».
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El concejal de Salud, Carlos Barrón, también dice desconocer el motivo de «por qué ahora casi nada y antes estábamos en cabeza, aunque sí que es verdad que el comportamiento de los vecinos es de quitarse el sombrero, y eso influye y mucho».
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