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Organizadores y participantes en la exposición, con algunos de los modelos. ALBO
El placer de volar al alcance de la mano
Santo Domingo de la Calzada

El placer de volar al alcance de la mano

La plaza de España acogió ayer una exhibición estática de aeromodelismo que reunió a más de cincuenta aparatos

Javier Albo

Santo Domingo

Lunes, 11 de julio 2022, 02:00

La pasión del hombre por volar tuvo su reflejo ayer en la plaza de España. La sombra del edificio consistorial y del Corregimiento albergó al más de medio centenar de aeromodelos que conformaron la exhibición estática organizada por Aeroclub Santo Domingo. En ella se vieron aviones de iniciación, sport, acrobacia F3A, planeadores, vuelo 3D, helicópteros o drones. Aparatos, todos ellos, que suplen la imposibilidad del ser humano de surcar por sí mismo los cielos y se convierten, cuando son teledirigidos, en una placentera extensión de ese ancestral sueño.

La exposición tuvo como objetivo difundir esta modalidad deportiva e intentar sumar algún socio más al club, que cuenta con 17. «Nos gustaría ser alguno mas», indica José Luis de la Calva, un veterano de la entidad, que rezuma pasión cuando habla de su afición. «El aeromodelismo es un hobby que engloba deporte, técnica, tecnología, novedad, y que se aparta de los deportes clásicos tradicionales como el fútbol, baloncesto, balonmano etc. Vuelas al aire libre, estás con un grupo de gente... Aprendes aerodinámica, tecnología, el uso de los materiales... Es un deporte muy interesante», asegura.

Y no es tan caro. Un equipo de aprendizaje, con la emisora, el avión, baterías y un cargador puede costar «entre 180-200 euros». De segunda mano, menos. «Lo importante es que te asesore siempre alguien que tenga experiencia, para que no compres algo que luego no vaya bien», indica.

El club dispone de una pista de vuelo en Bañares. También se podría volar un avión lejos de poblaciones, carreteras, líneas eléctricas, a 8 kilómetros de un aeródromo etc, siempre con la autorización de Aviación Civil. «Cuando pase una aeronave tripulada, incluso un parapente, tenemos que bajar. Siempre tiene preferencia una persona frente a un aparato», explica este socio.

La exposición fue compartida por una docena de socios, algunos de los cuales se han fabricado los aeromodelos o los han reconstruido, como hizo José Luis cuando uno de sus aviones se estrelló contra el suelo. Es otra ventaja de esta afición: los daños solo son materiales... La principal es la sensación de volar. «Un avión sube, baja, se inclina, va, viene... Todo eso supone mucha pericia, querer dominarlo y, en el momento que el avión hace lo que tú quieres, es cuando empiezas a experimentar el placer de volar», dice.

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