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Desde el año 1990 hasta ahora han pasado muchas cosas y cambiado más. Lo que sigue inmutable, igual de lozana la idea que cuando germinó en la mente de Begoña Somovilla hace 33 años –ejemplo de las vueltas que da la vida: estaba de presidenta entonces y ha vuelto ahora a los ruedos–, es que en Navidad se escuchen villancicos. De ello se ocupa desde entonces la asociación Amigos de la Música, con tal solidez que su certamen es ya el decano de los de este tipo en La Rioja y muchas leguas más allá; un 'abuelito' musical, porque 33 años son muchos para cualquier evento, y sigue sonando igual de bien que siempre, aunque –eso sí que ha cambiado–, el repertorio ha crecido y se ha modernizado.
Pero, aún con todo, hay canciones tradicionales llamadas a perpetuarse, no solo en los repertorios, también en nuestras vidas, de las que forman parte desde la más temprana niñez. Algunas de ellas pudieron escucharse ayer de nuevo en el Teatro Avenida: 'El tamborilero', 'Jingle Bells', 'Una pandereta suena', cómo no, 'Noche de paz', 'Feliz Navidad', 'Abre la muerta María'... Y, junto a ellos, otros como 'Somewhere in my memory', 'Candamo de San Baltasar', 'Suenan las campanas al ritmo de Calipso', 'Clap in Christmas', 'Non degu non' etc. Es decir, hubo mucha variedad.
Para cantarlos subieron al escenario las más de doscientas voces que sumaban los siete coros y corales inscritos. La asociación puso ese número como tope para que el concurso no se alargara en demasía. Frente a ellas, un público compuesto por cerca de medio millar de personas (incluidos los propios cantantes), que disfrutaron mucho del espectáculo. De conducirlo se ocupó IdoLoca, que, de una manera muy divertida y ciertamente alocada, amenizó e introdujo a los protagonistas de la velada navideña, llegados desde Logroño, Ibeas de Juarros, Burgos, Andoaín, Pamplona y hasta de la provincia de Cáceres. Los tres componentes de la Asociación Cultural 'Ajechao, voces y percusiones', de Madrigal de la Vera, recorrieron casi 900 kilómetros, ida y vuelta, para cantar, reivindicar la música tradicional y, de paso, hacer turismo.
El jurado, formado por Pedro Vitoria, Sara Esteso, Irune Fuente, José Ignacio Palacios y Nuria Ollora, decidió que el primer premio, dotado con 1.300 euros, fuera para el coro joven de la escuela de música Piccolo y Saxo, de Logroño; el segundo premio, de 900 euros, para el coro de la escuela de música de Andoaín, y el tercero, cuantificado en 600 euros, para el coro escolar La voz de Vadillos (Burgos). En su entrega participaron el alcalde, Raúl Riaño, y el concejal de Cultura, Óscar Reina, además de la presidenta de Amigos de la Música, Begoña Somovilla. Todos los grupos participantes recibieron un obsequio del Ayuntamiento. La organización, de 10, impecable.
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