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El calceatense Eduardo Villanueva, de 97 años, impartirá hoy viernes ('Salón La Alhóndiga, 19.30 horas) una conferencia sobre historia de la ciudad de Santo Domingo de la Calzada. Su disertación –explica él mismo–, va a centrarse en «la ascensión tan meteórica que la localidad tuvo en sus inicios: en 120 años convirtieron en catedral la iglesia que hizo el Santo, cuando en Logroño tardaron siete siglos; hicieron de la ciudad la capital de la Merindad de La Rioja; fue la primera 'ciudad' de la región... Mi objetivo es que la gente se dé cuenta de la importancia que tuvo y del trato de favor que recibió de reyes y gobiernos».
Aún con su avanzada edad, pronunciará la conferencia de memoria, sin papeles, ya que apenas ve. «Llevo tres años prácticamente ciego, sin poder leer ni escribir», indica. Aún así, le echa «valor a la cosa» y no ceja en su empeño de difundir cuestiones relativas a su ciudad, como los artículos que continúa publicando en Facebook bajo el título 'Ecos de la Calzada'. «Se los dicto a mi cuidadora, que hace las veces de secretaria», explica.
Con la conferencia de hoy, Villanueva desea, de alguna manera, ir despidiéndose de sus vecinos, consciente de la fugacidad de la vida. «Mis días de escribir artículos han acabado y quiero despedirme un poco de mi pueblo y de todos con una conferencia que no se ha pronunciado nunca», indica.
Salvo en verano, el resto del año vive en Madrid. «Me paso horas pensando en mi ciudad y, aunque no puedo consultar libros ni Internet, he sido un hombre estudioso y tengo muchas cosas en la cabeza. Me parece que son cosas muy interesantes y las quiero exponer antes de irme al otro mundo», insiste. «Físicamente estoy allí pero mental y psicológicamente estoy en Santo Domingo de la Calzada, en la que pienso dos o tres horas diarias para escribir artículos». Fue hace ocho años cuando empezó a publicar 'Ecos de la Calzada' en el grupo de Facebook de la ciudad, que posteriormente los recopiló en libros, ya agotados.
A su juicio, seguir manteniendo la cabeza activa le ha ayudado a llegar a su edad en un envidiable estado. «Aparte, llevo 30 años escuchando de dos a tres horas música clásica. Me ha venido muy bien para la memoria. Podría decir ahora mismo los nombres y apellidos de doscientas personas de la ciudad que han muerto hace 50 años o más. Por eso, como ahora estoy en plenas facultades e igual el año que viene vuelvo y ya no conozco a nadie, quiero aprovechar para tener este contacto con mis paisanos».
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Sergio Martínez | Logroño
Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
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