La gaita y el tamboril vencen al COVID-19 en Santo Domingo

La alegría recorre balcones y ventanas en el inicio de su primer ciclo festero confinado

Javier Albo

Santo Domingo

Sábado, 25 de abril 2020, 17:48

El COVID-19 no puede con la alegría de los calceatenses. Confinados en sus casas luchan contra él y, aún con la tristeza de las numerosas bajas causadas por tan fuerte enemigo, mantienen intactas sus ilusiones y alegría. Lo están demostrando en la tarde de hoy sábado, en el que, como cada 25 de abril, han salido la gaita y el tamboril. No por las calles, desiertas por mor de la pandemia, pero sí por ventanas y balcones, por los que la tradición corre desde las 16 horas como la pólvora, como sentido homenaje al que debiera haber sido al inicio del ciclo festero. De las fachadas cuelgan pañuelos, telas decoradas, plumas blancas de ave... Todo lo que la imaginación ha dado de sí, en pos del reencuentro con sus tradiciones de un pueblo, que es ciudad. Los gaiteros han amenizado la soleada tarde con notas, que si bien siempre emotivas, porque son el banderazo de salida de muchas emociones, lo han sido especialmente hoy. Y en muchos balcones, además de aplaudir, se ha llorado.

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La música se ha adueñado de las calles y ha llegado, por ejemplo, hasta la casa de la cofradía del Santo, guardiana de las tradiciones festivas, que luce en sus balcones colgaduras y emblemas, presididos por lazos negro en señal de duelo, de respeto y de recuerdo a todas las personas fallecidas en la ciudad. Los priores, Óscar San Román y María Milagros Luzuriaga, han añadido a los lazos una pluma de ave tintada en azulete, como esas otras con las que hoy se tendría que haber pintado a las jóvenes que el día 11 de mayo hubieran participado en la procesión del Pan del Santo y del Peregrino, popularmente conocida como de las doncellas. Hoy, también, la cofradía hubiera visitado y mostrado a los carneros del Almuerzo del Santo, bendecido la masa con la que se elabora el pan del Santo -hay 5.000 hechos, esperando a ver cómo y cuándo se pueden repartir- y se hubiera elegido el vino que refrescaría las gargantas de los calceatenses en los distintos actos tradicionales de las fiestas patronales del Santo, del 10 al 15 de mayo.

También hoy, la ciudad hubiera recibido a los administradores de fincas para la renovación de la ofrenda al Santo, su patrón. Este año se cumple el 50 aniversario de la misma y del programa se iba a ocupar el Colegio territorial de Santa Cruz de Tenerife, que pensaba traer a la ciudad calceatense su folclore, tradiciones, fiestas y gastronomía: una «Fiesta de los Indianos», misa canaria en la catedral, procesión con acompañamiento de bailarines de El Hierro, una comida y actuación musical de una artista canaria. En su lugar, han mandado un vídeo.

Nada de eso ha podido ser, pero hay algo que la pandemia no ha podido suspender ni anular: el orgullo de una ciudad entera que hoy, desde sus casas, ha hecho que como cada 25 de abril, en Santo Domingo de la Calzada hayan salido la gaita y el tamboril.

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