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Una de las cofrades, Mari Cruz Uruñuela, pinta a unas jóvenes. Lo hacen cofrades y munícipes, después de los priores. ALBO

Las fiestas de Santo Domingo empiezan otra vez de color azul

La cofradía del Santo pintó a las 'doncellas' que saldrán el 11 de mayo en la procesión del Pan del Santo y del Peregrino

Javier Albo

Santo Domingo

Lunes, 25 de abril 2022

Las fiestas del Santo echaron a andar este lunes. Los sones de la gaita y el tamboril, interpretados por los gaiteros de Santo Domingo, dieron el banderazo de salida al ciclo festero que, previa parada el 1 de mayo para repartir el Pan del Santo ... y dar lectura al pregón, conduce ya a la ciudad hacia el esperado disparo del cohete, el 10 de mayo.

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Como cada 25 de abril excepto los dos últimos años -maldita pandemia- tocaba pintar a las 'doncellas', una suerte de nombramiento de las jóvenes que portarán el Pan del Santo en la procesión del 11 de mayo, 55 en total.

A eso se dedicó la cofradía del Santo durante toda la tarde, con inicio en un 'Salón de las doncellas' inmerso en una sobremesa de café, nervios y emociones. Allí, la doncella mayor, Silvia Martínez, sobrina de los priores José María Rodrigo y María Teresa Aranjuelo, recibió la tradicional marca azul de manos de Jesús Ignacio Merino Morga, párroco de Villamediana y canónigo archivero de la catedral calceatense.

Roto el hielo, los cofrades emprendieron su recorrido por la ciudad, no sin antes hacerse la fotografía de familia en el portalón de la casa de la Cofradía del Santo, en cuyo exterior se arracimaba un nutrido grupo de personas ávidas de volver a ver esta querida tradición local, que marca el inicio del ciclo festero.

La comitiva echó a andar y, en la misma plaza de La Alameda, pintó ya a algunas doncellas que, como el resto, aguardaban nerviosas en los portales. Conforme pasaba el tiempo, el grupo fue creciendo mediante la incorporación al mismo de niños, padres y madres que, como es normal, quisieron participar en la tradición, en el caso de los más pequeños armados con plumeros y otros utensilios para pintar a cuantas mozas se cruzaban en su camino, lo que motivó no pocas carreras.

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El itinerario pasó por el Hospital del Santo y también por la casa de San Francisco en la que la familia Moneo-Valer, y muy especialmente Petri, obsequia siempre a cofrades y público en general con un dulce aperitivo, especialmente reconfortante ya que hasta llegar al lugar medió un largo paseo y el calor apretaba.

Casi al final del trayecto los cofrades se detuvieron en la panadería Pancalsa para bendecir la masa con la que se elaborará el pan del Santo, y, ya por último en la cofradía, para elegir el vino que también se repartirá en los distintos actos. Por allí hicieron acto de aparición los carneros del Santo, con lo que quedó completa toda la liturgia de este 25 de abril, cuyo programa terminó con una misa en la iglesia de San Francisco.

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Fue una tarde de alegría, esperada, de la que había muchas ganas, porque todo el mundo ansía volver a la normalidad perdida. Y de esta también se habló por la mañana, cuando en el Ayuntamiento se presentó el programa oficial de las fiestas. hacia las que los calceatenses ya caminan.

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