«Estudié Psicología y Psicomotricidad, pero lo que me gustaba era hacer reír»

– ¿En qué consiste la obra?

– Está ambientada en los años 50-60 y va sobre una joven actriz que cree que por fin ha llegado a su escenario, pero cuando sale a escena se da cuenta de que no es el teatro que la habían prometido. En ese momento se ve obligada a defender el espectáculo y hacer uso de todas sus artimañas para agradar al público y para seguir manteniéndose en escena, aunque no sea de la manera que ella quiere. Tiene escenas oníricas y otras reales, y combina partes de melodrama, del absurdo y también de 'clown'.

– Cruzó Brasil en bicicleta, ganándose la vida por los pueblos. ¿Cómo fue esa experiencia?

– Increíble, y la añoro muchísimo, porque Brasil me cuidó mucho. Empecé el viaje en Colombia. Fui a visitar a una amiga y quería conocer aquellos países, por lo que nos une como españoles. De repente me llegó una guitarra y estuve viajando a dedo, con una chica chilena, cantando y tocando en las plazas, cuando yo jamás había cantado. En Venezuela empecé a hacer algo de circo y, ya en Brasil, agarré la bicicleta junto a un compañero y actuábamos por todos los pueblos. Fue una experiencia muy enriquecedora. Yo había estudiado Psicología y Psicomotricidad pero ahí me di cuenta de que lo que me gustaba era el escenario y sacar sonrisas. Desarrollé mucho la intuición, vivir el día a día y saber que estás protegida si crees en ti misma.

– De hecho, una de las máximas del espectáculo es 'querer es poder'...

– Si no crees en ti mismo no vas a llegar a ningún sitio, todas las adversidades van a poder contigo y con tus sueños. En los 35 años que tengo me he dado cuenta de que cuando quiero algo y voy a por ello, aunque cueste, con paciencia, se puede. Si sueñas, si tienes algo en la cabeza, es que algo hay que te puede llevar a hacerlo.

– Es su primer proyecto personal. ¿Qué acogida está teniendo?

– Muy buena. Yo me he hecho autónoma en pandemia, y eso es porque me están llamando para trabajar y tengo que facturar (ríe). La gente sale muy ensimismada del espectáculo.

– ¿Salir sola al escenario impone?

– Impone mucho, pero como me gusta tanto... He actuado con otras personas y me gusta, pero me complica, porque son un elemento más al que tengo que prestar atención. Para mí, es una oportunidad estar sola, me da otros caminos y puedo estar más con el público, con la escena, la fotografía o con la sensación que quiero mandar a la gente. Impone pero me facilita. Me gusta tanto esto que no me da ningún miedo.

– Complete la frase: el mundo necesita más circo y menos...

– ... Y menos penurias, y eso que el circo también es penuria en sí mismo... [ríe]. Menos penas, menos tristeza por todo, más alegría y capacidad de poder hacer, creyendo en uno mismo.